El Pirata Czornomaz habló de su gol con la espalda y el que más recuerda con Universitario

Adrián Czornomaz no necesita presentación en Ate. Su nombre está ligado a aquella época en la que el gol tenía acento argentino y la tribuna del Monumental coreaba “Pirataaa” cada vez que el nueve se metía al área. Fue Cuto Guadalupe quien viajó hasta Argentina para reencontrarse con su viejo socio de ataque, y entre anécdotas, risas y memoria futbolera, surgió una pregunta inevitable: ¿cuál fue el gol que más marcó al artillero en su paso por Universitario?

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El ‘Pirata’ no dudó ni un segundo. Se acomodó en su silla, sonrió y dejó caer la respuesta que todavía hace temblar los recuerdos de más de un hincha crema: “El que le hice a Alianza Lima en un clásico en el Nacional”. Y no era para menos.

Adrián Czornomaz festeja uno de sus 23 goles anotados en Universitario  (Foto: GEC)
Adrián Czornomaz festeja uno de sus 23 goles anotados en Universitario (Foto: GEC)

Porque aquel gol no fue uno más. Universitario perdía 1-0, el partido se jugaba con los dientes apretados y cada pelota dividida se sentía como final. Entonces apareció Paolo Maldonado, el desborde preciso, el centro medido y la intuición del goleador para anticipar. Czornomaz la tomó de volea y la colgó donde no llegan los arqueros. “Un gol hermoso”, lo definió él mismo.

“Recuerdo ese gol porque perdíamos 1-0 y Paolo Maldonado desbordó, sacó el centro, yo anticipé y la agarré de volea”, señaló en La fe de Cuto.

El tanto tuvo tanta calidad que, hasta hoy, su propio hijo se resiste a creerlo. “Cuando ve el video, me dice: ‘Tú no pudiste hacer ese gol’”, contó entre risas. Pero la grabación no miente: técnica pura, tiempo perfecto y la firma del ‘Pirata’. Ese gol no solo empató el clásico; también lo terminó de consagrar ante la gente, que desde entonces lo miró con otros ojos.

LA SOCIEDAD CON CUTO

El recuerdo lo llevó a hablar de la sociedad que formaba con Cuto. Una dupla que funcionaba como maquinaria bien ajustada: uno se fajaba con los defensas, el otro esperaba el rebote letal. “Los que hacía cuando tú ibas a chocar con los zagueros; quedaba el rebote y me quedaba a mí…”, recordó entre bromas.

Y cómo olvidar aquel gol insólito, el que entró con la espalda, símbolo puro de un goleador que no daba por perdida ninguna pelota. Cuto peleó arriba, la pelota quedó para un intento de chilena y terminó en el arco. “Sirvió para ganar”, remató el ‘Pirata’, fiel a su estilo práctico y frontal.

Adrián Czornomaz reconoce que Guadalupe hacía el trabajo sucio para que pueda anotar goles (Foto: GEC)
Adrián Czornomaz reconoce que Guadalupe hacía el trabajo sucio para que pueda anotar goles (Foto: GEC)

El exdelantero crema lo tiene claro: la clave era que a Cuto lo marcaban dos y él quedaba libre para hacer su trabajo dentro del área. “Por eso creo que hacíamos una buena dupla”, dijo. Entre ambos se completaban, se potenciaban y rompían defensas sin necesidad de demasiadas palabras.

Hoy, a la distancia, Czornomaz sigue recordando aquel clásico como si hubiese sido ayer. Porque hay goles que no se archivan; se quedan viviendo en la memoria de quienes los gritaron. Y ese derechazo al ángulo, el que su hijo aún cree imposible, es uno de ellos.

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