Diego Rebagliati da su devolución. Mi gente de ‘La fe de Cuto’, luego de las dos picantes ediciones de Jean Deza que tanto dieron que hablar, el comentarista deportivo llega para dar su versión y defenderse de las críticas. Porque es importante siempre escuchar las partes de una historia.
En la charla, Diego Rebaglitai no solo le responde al jugador de Atlético de Sullana sino que también nos cuenta cómo fueron sus inicios en el fútbol, su infancia en Miraflores y cómo decidió dar el salto para convertirse en comentarista deportivo.
Arrancámos, mi gente, no se olviden que la fe es lo más lindo de la vida. Harto aguadito.
¿De qué barrio eres?
De Miraflores
¿Qué anécdota nos puedes contar de tu infancia?
Yo vivo por Porta, 28 de Julio. Mis viejos siempre han vivido ahí, desde hace 50 años, desde que yo nací. Salíamos a jugar pelota en las pistas, pero mi infancia más la recuerdo ligada al Lima Cricket, donde mi viejo iba a jugar fútbol, ahí desarrollé más relaciones como de barrio, no tanto en la calle. Teníamos cancha de fútbol, yo jugaba desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde, con gente chica y grande.
Esta historia del barrio es graciosa... yo no tenía barrio... me decían ‘este no tiene barrio’ y uno tiene que sobrevivir a eso. No todo el mundo lo sabe manejar y probablemente yo de chico tampoco lo supe manejar, luego te vas volviendo un poco más vivo y te vas dando cuenta cómo te tienes que manejar,
Porque si no te agarran...
De lorna y uno aprende a los golpes. Me ha pasado. A mí me llamaron de muy chico a una selección sub 16, tenía 15 años y era el más chico, estaba Reynoso, Puchungo, todos los 69, yo era 70, de noviembre todavía, era el último. En los partidos de práctica yo estaba sentadito mirando. Aprendí un montón y también lo otro, a no ser tan ahuevado. De ahí me tocó en mi categoría, estaba el ‘Cholo’ Marrou, ‘Punchungo’, ‘Chupito’ Arriola, Ricardito Lara, ‘el Loco’ Paz... ahí me manejaba un poquito mejor.
¿Qué anécdota de barrio se te viene a la mente?
Yo chocaba mucho con mi vieja, que era mucho de protegerme. Una de las primeras veces que me toca entrenar en la selección, me tocaba irme en micro porque no había de otra y mi vieja nerviosa de que fuera en micro. Yo agarraba la 73 en la esquina de mi casa y me dejaba en la Arequipa y luego agarraba una combi hasta la Javier Prado donde está el San Agustín. La primera vez que tomé micro mi mamá rezaba el rosario, parecía que me iba a la guerra. En mi casa nunca me faltó nada pero tampoco mis viejos me podían dar un carro a esa edad.
Claro...
Yo en el 90 estuve un tiempo en el Boys, jugué un solo partido porque en esa época los campeonatos eran un desastre. Nosotros entrenábamos en Ventanilla, en el complejo de Cantolao, y a veces hacíamos doble turno, te tenías que ir a tu casa y regresar y Jaime Duarte, que vivía por La Marina, me sacaba de Ventanilla y me dejaba en La Marina y agarraba la 2, el Enatru, y bien apretado atrás una hora de camino. Llegaba a mi casa a almorzar y de nuevo a regresar hasta La Marina, donde me encontraba con Jaime y él me volvía a llevar. Barrio no tenía mucho, pero lo de los micros siempre es curioso porque hasta los 14 no lo había hecho porque no había la necesidad pero luego lo tuve que hacer a mi vieja le costaba mucho.
¿Cómo empiezas en el fútbol?
Yo jugaba tanto que empecé a entrenar en los menores del San Agustín, de ahí me llaman a la selección sub-16 y luego estuve un tiempito en Cantolao, pero no tenía mi categoría. Jugamos una gira en Brasil. Luego ya empecé a jugar en segunda, jugué un año en la liga de San Borja. Mi viejo armó un equipo que se llamaba Tempo, jugábamos en la liga de San Borja en un terral en Limatambo, ganamos la liga y luego fuimos a jugar interligas... eso fue bravo porque jugábamos en el barrio obrero, ganamos dos fases y la tercera la perdimos. Pero fue una buena experiencia. Los entrenadores de Tempo eran Roberto Chale y Javier Beltrán, que un año antes habían sido entrenadores de Perú contra Argentina en las Eliminatorias.
¡Qué locura!
Ahí aprendes porque juegas con gente mucho mayor. Ese partido en el Barrio Obrero, dentro de una unidad vecinal en La Victoria, ganamos 2-1 y nos querían pegar porque éramos blanquitos que íbamos a La Victoria. La siguiente fue contra un equipo del Agustino, jugamos en el cuartel. Habían puesto una soguita para dividir la cancha, igual nos caía de todo, empatamos 0-0.
Cuéntanos una anécdota con el profe Chale
Roberto era extraordinario, era muy sabio. A mí me enseñó a jugar de 6, tenía que mirar al arco del otro equipo, los dos palos, siempre tienes que estar al medio de los dos palos. Si te sales mucho, estás mal parado. Lo otro era que yo tenía un defecto a la hora de patear, pateaba de costado, entonces me hacían ir a la pared a patear con los pasadores.
En Menores de San Agustín eres convocado a la selección sub-16 con Cruzado y Oblitas
Ese Sudamericano lo jugamos acá en Lima y era la época de Alan (García), que hizo que a los colegios estatales les mandaran entradas, entonces llenaron el Estadio Nacional, las fotos son impresionantes... el primer partido fue contra Venezuela, luego Ecuador, Chile y el cuarto con Brasil, que perdimos 1-0 faltando cinco minutos y la gente incendió el estadio. Fue un Sudamericano que tuvo bastante repercusión porque el ingreso era gratis. El profe Cruzado y el Ciego me ponían de 6. Le ganamos a Chile 1-0, con gol mío.
¿Cómo fue ese gol?
Fue una suerte... me gustaba llegar al área con el seis. Teníamos un puntero derecho, Dani, que siempre era de desbordar, enganchar. En esta engancha, le pega de zurda y la pelota da en el palo, yo venía como acompañando y le pongo el pie izquierdo nomás, el gol más fácil de mi vida. Todos mis compañeros salieron hacia la banca a gritarlo y yo salí solito hacia Oriente y cuando me volteo, me estaba abrazando solo. Me imagino que los delanteros sueñan con festejarlo así, pero yo no tenía en la cabeza meter un gol, por eso salí corriendo.
En el 89 te vas a jugar segunda por el Lawn Tennis...
En esa época estaba en la Universidad de Lima, no sabía bien para donde ir y me llama el hijo de don Miguel Pellny, estaba Lucho Zacarías en el Lawn Tennis, que me permitía seguir en la universidad y jugar. Hicimos una buena campaña en segunda, fuimos a jugar en cada sitio, a Chancay, todo el sur chico, a Cañete. Y jugamos en el Telmo...
En el Carbajo...
Primero jugamos en el Lolo contra el Boys, empatamos 2-2. En la última fecha nos ganan 4-1 pero a mí me fue bien y Antonio Cuba me llevó para el Boys de primera con Miguel Angel Arrué... el Boys sube en octubre de 89 y el campeonato de primera termina en marzo, la final fue Cristal-Huaral que la gana Huaral en marzo. Nosotros nos la pasamos entrenando, jugando amistosos. Estoy en el Apertura y luego se me da la oportunidad de irme a estudiar a Estados Unidos con una beca. En Boys me habían ofrecido una plata y la plata nunca estaba, dejé de ir a la universidad y me viejo me jodía para estudiar. Dejé el Boys, hablé con Beto Levy y con Antonio, es que era un contrato casi de palabra, en esa época todo era más informal. Me acuerdo que a mí me pagaba Antonio Cuba por medio de una de sus empresas, no me pagaba el Boys. Ese Boys le gana el Apertura porque se va Arrué y viene Miguel Company, yo ya no estaba acá. Yo jugué el último partido del campeonato. Entrenábamos a veces en el Estadio San Martín, lo que es el Gallardo ahora, peor era entrenar en el Telmo, estaba hecho mier... La primera vez que lo vi jugar a Marquinho fue en el Telmo.
¿Cómo fue la adaptación cuando te fuiste a Estados Unidos?
Yo ya hablaba inglés por el colegio y el nivel de fútbol en Estados Unidos es muy físico, nos hacían unas pretemporadas con mucho calor, pero me fue bien. Lo que gané fue la experiencia de vida, dominar el inglés, tener un título de Administrador de Empresas, pero en fútbol perdí tiempo porque la temporada era fuerte pero solo era tres meses. Cuando vuelvo en el 94 a Cristal, que es toda una historia porque cuando estaba de vacaciones allá lo fui a buscar al Ciego para jugar en algún equipo y me dice para ir a Cristal, me ven y más o menos se dan cuenta que podía jugar. Una vez me ofrecieron quedarme antes de terminar la carrera y yo no quise porque quería terminar. Luego vengo con contrato pero ahí me tocó otra cosa, ese equipo de Cristal era extraordinario, era complicado jugar.
Complicadísimo...
El Cristal no va a la Copa Libertadores en la 94. Éramos un plantel chico pero estaba el Viejo Valerio, Garay, Chorri, Ñol, Julinho, Flavio, Maga, Castro, Orlando Prado, ese era el equipo titular. Y de suplentes estaba Martín Ramírez, Pañalón, el Azote Torres, Machi, el Coyote, Olcese, el Pato y yo. Éramos 18 pero solo salían cinco suplentes. El Ciego solo tenía dos cambios, de mitad de cancha para atrás, Machi, y para adelante, el Coyote. Jugar era difícil y encima no teníamos Copa Libertadores. Ganamos buenos premios pero no era fácil jugar y uno quiere jugar finalmente.
¿Qué recuerdas de ese título?
Le ganamos a todos, era un equipazo. Mi semana era, el jueves tenía mi día, que era hacer fútbol contra el primer equipo... tú sabes lo que es marcar a Julinho, a Chorri, aguantar a Flavio, Ñol. Cuando el siguiente año voy a Ciclista yo ya estaba recontra preparado porque jugaba a ese nivel siempre. El jueves en la noche yo salía, el viernes tranquilo, me concentraba, si salía en banca cobraba medio premio si concentraba y no salía en banca, cobraba 25% de premio. Encima en esa época los premios los pagaban en efectivo, ganabas el domingo y cobrabas el martes, el jueves salía y la reventabas.
¿Qué anécdotas tienes con Juan Carlos Oblitas?
Estábamos jugando con Boys, yo estaba de suplente y expulsan no sé si a Ñol o al ‘Coyote’. Estaba apretado el marcador, hacemos el segundo y creo que Pedro Garay tenía amarilla y el Ciego me dice ‘Diego, entra’. Yo estaba sentado en la banca y estaba con los chimpunes desamarrados y me dijo ‘no estás listo, Aldo entra tú’. Yo me quería morir, tenía que estar listo. En la siguiente fecha con Mannucci ya me puso, pero ese día no dormí de la bronca, me dio una lección... a partir de ese día ya tenía hasta la camiseta puesta.
¿Con quiénes te encuentras en Ciclista?
Era una bandaza. Yo voy con Pañalón de préstamo y entrenábamos en Campomar. Estaba Pepe Muñoz, Juan Carlos Bazalar, ‘El Huevo’ López, Lino Morán, ‘Arañita’ García, Graziani, Martín Hernández, Ricardo Bravo, Guarderas. Estaba el profe Estay, que después se va a Alianza, a nosotros nos pagaban Cristal pero a la gente no les pagaban. La gente se recurseaba por otro lado, a veces iban a la fábrica del dueño y sacaban planchas de papel higiénico para ir a vender. Era jodido. Luego fuimos a jugar a Chincha, ahí jugamos con Cristal, en la fecha cinco, y le ganamos 1-0. A finales de año jugamos la copa Conmebol contra Cogreloa. Le ganamos
4-1 en Matute sin saber leer ni escribir. Luego jugamos en Calama, que nos demoramos tres meses en llegar. Una altura brava y a los dos minutos gol de Ciclista, estábamos ganando 5-1 en el primer tiempo y terminó 5-1 para ellos. Los veíamos pasar nomás, entre la altura, el polvo, y encima, al medio tiempo abrimos el vestuario y había humo, parecía incendio, pero habían abierto todas las llaves de agua caliente, se tuvo que meter el profe a apagar las llaves, se quemó. En vez de descansar 15 minutos, descansamos 2 minutos. Salimos, hicimos un gol pero nos ganaron 7-2.
Vuelves a Cristal en 96
Sí, ya estaba Pepe Soto, todavía estaba Flavio. Hicimos pretemporada en Arica, luego ya juego un poco más. Un día fuimos a Chimbote, todo el equipo B. Nadie tenía ganas de jugar. Ganaron 3-0. No teníamos mal equipo, estaba Machi, Miguel Rebosio, pero era difícil jugar ese partido con el B, luego llegábamos a Lima y los titulares nos puteaban. Quizá el mejor partido que jugué fue uno con Minas acá en Lima. Salí en lista y a los tres minutos se lesiona Marcelo Asteggiano, ese día ya esaba listo, ya había aprendido. Ese partido se puede ver en YouTube porque fue el primer partido de Bonnet en Cristal, ese día hago un gol, el único gol que hago en Cristal. Era el quinto o sexto gol, tenía ganas de celebrar, pero cómo iba gritar un sexto gol.
Tú llegas a ser tricampeón con Cristal
Sí, o sea no, yo soy parte del plantel del tricampeonato pero estuve 94 y 96. 95 no, fue el año en el que me fui a Ciclista. Ahí yo dejo de jugar, me voy a trabajar. En el 99 el fútbol me trajo de vuelta, me fui a buscar Pancho Lombardi al banco donde trabajaba y me ofrece la gerencia del club y ahí empieza toda mi historia de dirigente, desde el 99 hasta el 2007, que es el año que casi nos vamos a la baja. Ese año fue terrible, la pasamos mal, las vimos negras, le damos el equipo a Sampaoli y nunca le agarraron la mano, luego viene el ‘Ciego’ y tampoco. En la segunda rueda sí tuvimos una buena campaña y la salvamos. En 2002 salimos campeones con Autori, en 2005 con Chemo. Muchos recuerdos, mucha atención, mucha bronca también con Alfredo González. En esa época los U-Cristal tenían más peso que los U-Alianza, porque Alfredo González decía que Cristal era el enemigo y Alianza el rival.
En 98 das tus primeros pasos como comentarista
A mí siempre me gustó ver fútbol y fue Gonzalo Núñez el que me pasa la voz para Telecable, el productor era Juan Pablo Rospigliosi, hermano de Micky. Empecé a comentar algunos partidos... pero la gente los veía poco. Gonzalo se va a canal 4 y ahí conozco a Humberto Jara y comienzo a comentar partidos importantes, la Copa Libertadores. Eddie Fleischmann se va al mundial de Francia y nos quedamos Gonzalo y yo haciendo el programa. Ahí conocí a Peredo pero no hacía periodismo, comentaba partidos. Al comienzo me costó un poquito pero luego bien, me gustaba. Desde chico escuchaba mucha radio, me gustaba comunicar, siempre me gustó estar informado. Eddie se va a canal 9 y se arma un equipo en 2002 para el mundial de Japón-Corea, que fue un mundial bien duro por los horarios, y comento tres mundiales ahí, 2002, 2006 y 2010, pero solo hacía comentarios, no hacía periodismo.
Ahí conoces a Daniel Peredo
A Dani lo conozco en 98. Hay una anécdota buena, yo no lo conocía, ese día que meto el gol con Minas me jala Daniel para hacerme una nota por mi primer gol... Le dan paso a Daniel y dice ‘cómo habrá sido de fácil el partido para Cristal que hasta Rebagliati metió gol’. Me mató. En 2002, Daniel iba a cubrir Cristal y le ofrezco que sea jefe de prensa de Cristal, deja el periodismo y 202 y 2003 trabajamos juntos todos los días ahí. Milagros, su esposa, era la asistenta social de Cristal. Luego vuelve al periodismo y hace toda la carrera que hizo. Una de las cosas más importantes que me dejó de este oficio era ‘nunca digas algo en la cámara que luego no le puedas en la cara a la persona de la que estás hablando’
¿Qué anécdotas de desiones te marcaron haber tomado como gerente?
Lo más fuerte fue cuando Autori renuncia, después de haber perdido 5-1 con Alianza en Matute. Nos fuimos a su casa para pedirle que se quede pero nos dice ‘para que yo me quede necesito cambiarle el perfil al plantel’. Nos da cinco nombres, eran nombres pesados, Miguel Miranda, el Chino Huamán, Oreja, Jean Ferrari y Manuel Marengo. Fue duro porque era gente de mucho peso pero al final el tiempo le dio la razón a Paulo. Jean fue el que menos entendió la situación, además jugaba todos los partidos, era titular para Autori, pero Autori decía que no le hacía caso en la cancha. Nosotros respaldamos su decisión y empezó a jugar el Mudo, Sheput, Moisela, Zambrano, se quedó el Chorri, Flavio. Autori trajo tres brasileros y se armó el equipo, pero fue un momento jodido.
Luego empieza tu etapa de representante en el fútbol en 2008
Ahí conocí a Edwin Oviedo, buena experiencia. Esa etapa es una etapa complicada porque los jugadores somos muy jodidos y hay que lidiar con muchas cosas que están alrededor del fútbol, en el extranjero. De todas las cosas que he hecho en el fútbol fue lo que menos me gustó. Estoy más feliz haciendo lo que hago hoy que en esa época.
¿A qué jugadores representabas tú?
Los jugadores son muy poco fieles para los representantes. He representado a André Carrillo, Paolito Hurtado, ‘Ztalan’ Fernández, pero con idas y vueltas. A veces eres representante desde muy chico con un jugador, pero a veces haces intermediación, o sea te ayudo a que llegues a un club y cada uno por su lado. Claudio siempre estuvo con Carlos Delgado, Jefferson que siempre estuvo con Raúl González, ellos se mantuvieron con el mismo representante toda su carrera. A mí me tocó llevar a Ruídiaz a la U de Chile porque tenía una buena relación con Sampaoli. A Sampaoli también lo recomendé a Emelec y le fue bien a Emelec, fue un punto de partida. A Zapatita lo llevé a Aurich, a Renato Zapata. Esos no son jugadores que representas, sino que los llevas a un lado.
SU RESPUESTA A JEAN DEZA
¿Qué pasó con Deza?
Cuando uno trabaja en intermediación, en representación, hay distintas maneras de arreglar las comisiones o la parte del representante. A veces el club te dice ‘yo te pago una comisión’ y el jugador sabe. A veces el club dice ‘yo no pago comisión’, entonces lo tienes que arreglar con el jugador, meterlo en el sueldo del jugador o en una parte, pero nadie trabaja gratis, siempre hay que pagar, es un uso y costumbre normal. En el caso de Jean cuando fue a Francia, perdimos todo jajaja
Él lo dice...
Nos fuimos de cara todos. Pero previamente, cuando estuvo en la San Martín si hubo un arreglo para ayudar a la San Martín, pero eso lo que uno hace, su trabajo en ese momento. Lo que yo quiero dejar bien claro es que yo esto lo hice hasta el 2015, hasta mediados de 2015 y cuando a fines de 2015 Daniel me invita a trabajar a Radio Capital, yo ya había dejado el tema de la representación, a partir de ese momento yo nunca más he hecho un negocio con un jugador. De lo que menciona Jean es algo de 2012, 2013 y no tengo ningún momento en reconocerlo más allá de que ni siquiera me acuerdo de los detalles, estamos hablando de más de 12 o 13 años. No tengo por qué no creer lo que él dice porque probablemente era parte de un arreglo, porque si incluso yo pasaba recibo por honorarios había un impuesto qué pagar...
Por la transparencia...
Además, la San Martín es un equipo muy serio. El monto del que habló Jean, para mucha gente 500 dólares es un montón pero para los negocios que se manejan en el fútbol, no es una cantidad importante, pero era parte de los acuerdos que se tenían con los distintos jugadores. Pero sí quiero dejar claro que a partir de que yo empiezo a trabajar en presa, al comienzo fueron etapas duras porque en la radio no se gana mucho dinero y tuve algunos problemas personales y tuve que reinventarme, tuve la ayuda de Daniel (Peredo) que me invitó a trabajar a Radio Capital y yo nunca más volví a hacer un negocio porque tenía claro que es incompatible, yo no puedo ser representante y ser periodista a la vez, y tuve que empezar de cero y remarla y me costó un montón estar donde estoy ahora y tener las oportunidades que tengo ahora.
No es verdad eso que soy periodista y empresario, eso lo niego tajantemente y reto a cualquiera que me ponga un ejemplo del 2015 para adelante donde yo haya ido donde un dirigente y decirle ‘te presento a tal técnico a tal jugador’, no. Por ahí lo he ayudado a Santiago, a mi hijo, porque es natural en los distintos caminos que ha seguido Santiago pero después absolutamente nada. Me han vinculado con Gerardo Ameli, Ameli es mi amigo desde 2003 y lo he ayudado en Cristal, lo conozco de toda la vida, pero nunca le he ofrecido a Ameli a algún club y ha pasado por un montón. Y en el caso de Deza, él ha pasado por 10 o 15 clubs después de Francia, de la San Martín y yo no he tenido que ver con ninguno de esos equipos.
Lo segundo que quiero dejar en claro, que creo que Jean se equivoca cuando dice que nosotros recibimos plata para opinar de los jugadores, eso no es cierto. Nadie está cobrando para hablar bien de uno o de otro. No solo no es verdad, es curioso porque nos dan más importancia de la que tenemos. Yo no me imagino a un dirigente diciendo ‘voy a contratar a Cuto porque Rebagliati habló bien de él o lo voy a dejar de contratar porque Rebagliati habló mal de él’, tanto peso no tenemos. El otro día un hincha de Alianza, salgo del Monumental y yo había dicho que una jugada de la U no era penal. Me dijo ‘conch... cómo vas a decir que no es penal, tu opinión tiene mucho peso’. Que yo diga que es penal o es penal va hacer que el árbitro... yo sé que nos toca juzgar a los árbitros y decir si hay una tendencia de favorecer a un equipo, ese tipo de cosas hay que decirlas, pero no es que tengamos el poder. A veces la gente desde afuera, más aún con las redes sociales, te lo dice y da risa.
Cuando sucedió este tema, pedí que hables tú... el público sacará sus versiones...
Cuando yo era representante habían ‘n’ maneras de cobrarle a los jugadores, probablemente en este caso y no es que me esté haciendo el huev... y no quiera contar el detalle, pero también hay cosas en las que ya está involucrada la Universidad San Martín... que uno no tiene contar... no lo recuerdo pero podría revisarlo, seguramente tengo los papales.
Oviedo por ejemplo con Zapata, me pagó la comisión y vino con su sobre manila en soles, además, de los pocos que pagaban en soles, te ibas bien cargado como que estuvieras cargando fruta.
Hay que escuchar las dos versiones..
Yo quiero insistir en que, desde que hago periodismo, no hago lo otro, no tiene sentido y no lo necesito, me va bien, tengo buenas relaciones con algunas marcas, estoy contento, creo que me he ganado un espacio, entonces no necesito meterme a hacer algo que no es compatible con opinar de jugadores. Sí, entiendo que si fuera representante... En el caso de mi hijo, yo en Gol Perú trato de que no me den partidos de Sullana, en su momento Ayacucho o de San Martín, porque en ese momento yo quiero que gane el equipo de mi hijo, uno es papá por encima de todo.
Claro...
Si tuviera algún jugador que yo represento, también podría tener esa sensación de decir ‘quiero que a mi jugador lo pongan por encima del otro’. Yo tengo 53 años y tengo 40 años metidos en el fútbol, desde los 14, conozco a todo el mundo, algunos me caen bien, otros son más amigos, otros menos amigos, nos conocemos.
Nos conocemos...
Yo veo a Chankas de Juan Carlos Balazar y quiero que le vaya bien, jugué con él en Ciclista. Al Gato Silvestre, que estuvo en el mismo colegio que yo, que le vaya bien, pero eso no quiere decir que no lo pueda criticar. Oblitas siempre dice ‘en el fútbol somos pocos y nos conocemos mucho’. Desde que pasó lo de Jean, he recibido muchos mensajes de la gente de fútbol que me pedían que salga a aclarar que los representantes cobran, que es normal, y todos me dicen que saben que fui representante en su momento y ahora hago otra cosa. Si el mundo que nos rodea fuera nada más de la gente de fútbol yo no tendría que ni aclarar esto, porque la gente de fútbol sabe.
La gente del fútbol sabe...es normal, es su trabajo, vive de eso el representante.
Si tú hubieras sentido que lo que yo hice con Jean era ilegal o indebido, no me hubieras traído. No vas a traer a un delincuente, por eso yo les agradecí por invitarme, pero a la gente hay que explicarle. Pero también es cierto, hay una frase que dice ‘a tus amigos no tienes que darle explicaciones pero a tus enemigos tampoco, porque también te van a matar, no les importa’.
SU AMISTAD CON DANIEL PEREDO
En el 2015 haces un programa con Daniel Peredo y Alan Diez, en Capital.
A mediados del 2015, dejo de trabajar como representante. Daniel Peredo hizo un programa con el Chemo, después con el Tanke pero después se iba a Bolivia con la selección. Me dejó con Alan Diez. el programa funcionó. En el 2017, pasamos a hacer el programa los tres. Alan Diez se quedó en Capital. En 2018 pasó, lamentablemente, lo de Daniel. Después llegó Al Ángulo que fue un punto de quiebre.
Ahí empiezas...
Es una mezcla de entretenimiento con futbol. Es nuestro octavo año. Hemos ganado los premios Luces, por sétima vez. Tenemos una aceptación grande.
Si tuvieras la posibilidad de decirle algo a Daniel Peredo, qué les dirías...
Que se fue muy rápido. Milagros siempre lo decía, ‘ese era su año, su Mundial’, el momento que más había soñado, había apoyado a la selección en los momentos más duros’. Que sus hijas están muy bien, que los que él quería estamos bien, que el programa que dejó está bien, pero que lo extrañamos todos los días. Se fue muy joven, en el mejor momento de su carrera y ahí solo hay que tener fe en Dios y que él sabe por qué hace las cosas. Él se fue en un momento espectacular, iba narrar un mundial, iba ver a Perú en un mundial, fue muy duro para todos.
Yo creo que parte del éxito de Al Ángulo, yo siempre lo digo cada vez que recibimos un premio, agradecerle a Daniel la oportunidad que me dio de entrar en esto, la vida fue muy curiosa con nosotros porque yo le doy chamba entre comillas en 2002, él siempre contaba que lo que aprendió en los dos años en Cristal fue clave para lo que hizo después como periodista porque aprendió a mirar al futbolista desde otro lugar, las cosas que pasaban dentro del vestuario, se interesó mucho en hablar con los entrenadores, hizo buena relación con Autori y él siempre me agradeció por eso y después el me dio una mano gigante cuando me invita a radio Capital y fuimos juntos porque después fuimos a Al Ángulo y tuvimos todo el 2016, 2017 y el poco tiempo de 2018 que estuvo con nosotros ahí empujando el coche.
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