De vuelta por Lima, Perú, mi país que tanto extraño no solo porque están mis seres queridos, sino también por todo lo que significa estar acá, la comida, su gente, mi infancia, mi presente, mi entorno, sus calles, su tráfico. Es un todo. En especial por mi madre, Prince. El día que volví me comí mi rica carapulcra con sopa seca, qué rico. Lo disfruté, como si fuera la primera vez. Pasé del fuerte calor de Miami al frío de Lima. Pero así es mi Perú.
De nuestra última parada en Miami en donde se jugó el partido entre Perú vs. Argentina en el estadio Hard Rock nos queda todavía la desazón de no haber podido clasificar a la siguiente fase. La eliminación de Perú en primera fase nos ha dejado una preocupación natural de lo que puede venir para los meses de septiembre cuando se reanude las eliminatorias para el 2026. Pero desde mi experiencia, puedo decir que se tiene que respaldar las decisiones que tome el profesor Jorge Fossati. Él decidirá el camino por lo que deberá atravesar la selección, con qué jugadores seguirá, qué planteamiento o sistema de juego utilizará en las clasificatorias para el próximo mundial. Para eso fue contratado Fossati. De mi lado, siempre estará el apoyo incondicional a mi selección peruana.
Luego de haber compartido varios días, con el team Adidas, unos divertidos contenidos recorriendo cada sede donde jugó la selección peruana en Miami, tuve la oportunidad de compartir con Teófilo Cubillas. Fue un enorme placer repasar algunos pasajes de la vida futbolística del tres veces mundialista peruano. Él es una leyenda viviente del fútbol peruano. Fue un honor haber compartido con el gran Teófilo Cubillas.
En Miami me reencontré con Dario Muchotrigo, exjugador de Alianza Lima y de la selección peruana. También pude conocer a José Miguel Muchotrigo, hermano mayor de la ‘Arañita’, quien tiene un restaurante llamado Paradero 50, ubicado en 8795 NW 50th, Lauderhill, FL 33351, donde preparan una rica comida peruana como lomo saltado, tacu tacu, frijoles con seco, hasta tamales. Fue una delicia probar los potajes peruanos en Miami.
En el estadio Hard Rock de Miami, me llamó mucho la atención que varios niños argentinos me solicitaran una foto para el recuerdo, lo cual accedí con mucho gusto. Quizás mucho no me crean, pero fue muy curioso y lo cuento con total humildad.
Mi encuentro con mi sobrino Jefferson Farfán
Luego de terminada la participación de Perú en la Copa América me encontré en Miami con mi sobrino Jefferson Farfán. Habíamos coordinado para pasar unos días aprovechando el calor intenso de esta ciudad, que está que arde por estas fechas. En tantos años, es la primera vez que se da la ocasión de poder pasar varios días juntos en otro país.
Jefferson me invitó a comer en varios restaurantes de nivel top, muy a su estilo, restaurantes donde van reconocidas figuras públicas de la tv y personajes del deporte, entre otras. En ese lugar me impresionó mucho el desfile de autos de alta gama. Sinceramente cada carro que pasaba por ahí me dejaba con la boca abierta por su belleza y majestuosidad.
También paseamos y visitamos diferentes malls con tiendas de reconocidas marcas. Por supuesto, él me engrió teniendo el gesto de darme algunos presentes de nivel ‘satelital’, Prime, Top 1. Siempre estaré agradecido por su generosidad con mi persona.
También tuvimos tiempo para jugar un partido, un fútbol-tenis, en verdad, fueron dos. Hago la aclaración que la pelota no era la adecuada, jugamos con una pelota de básquetbol en pésimo estado, la cancha tampoco estaba buena y bajo un calor intenso, que en más de una oportunidad me puso contra las cuerdas. Jugamos dos partidos.
Primero fue en dupla. Jefferson hizo dupla con su amigo Claudio, mientras que yo jugué con mi compadre Kike Paravicino. Ese duelo lo perdí. La dupla Jefferson-Claudio nos ganó por 10 a 9. Luego en el segundo partido fue individual, ya jugamos tío vs. sobrino. Ese encuentro lo gané por 5 a 4, apretado. El extremo calor que hacia me puso contra las cuerdas y en más de una oportunidad estuve a punto de tirar la toalla, pero me sobrepuse. Al final, cada uno, ganó un partido. Él ganó el partido de dobles mientras que yo, el juego de individuales.
Luego de los partidos me di un chapuzón en la piscina para refrescarme y relajarme un rato. Así iba llegando a su final unos días de relajo. Disfruté, como debe ser, cada momento con Jefferson, con mi sobrino mayor, ‘el emperador’ Adriano. Solo tengo palabras de agradecimiento por todo lo vivido y lo disfruté al máximo. Hasta hicimos un TikTok. Una locura, un vacilón.
Antes de regresar había coordinado con mis compadres Kike y Vanessa Paravicino para ir al restaurante De Pota Mare ubicado en 16780 NW 67th Ave, Hialeah, FL, 33015. Disfrute al máximo de cada plato que me sirvieron. Muchas gracias, Víctor, por la atención.
La anécdota de cierre: Antes de retirarnos del restaurante, pedí que nos sirvieran unos chilcanos, caldo de pescado, que Víctor lo prepara en su punto. Luego de esperar unos minutos, la mesera se acercó con unos chilcanos de trago, licor en base de pisco, lo que hizo que toda nuestra mesa terminara riendo sin parar.
Nos leemos el próximo lunes.