Luis Guadalupe contó cómo terminó lujuriosa anécdota con chica del chupetín (Foto: @CutoGuadalupe16)
Luis Guadalupe contó cómo terminó lujuriosa anécdota con chica del chupetín (Foto: @CutoGuadalupe16)

Mi gente deacá seguimos, como todos los lunes, con esta humilde columna para hurgar en mis memorias y contar las historias de mis vivencias. Es un pequeño adelanto de lo que será más adelante el libro y la película de . En la cinta o serie voy a contar todo lo que viví dentro y fuera de las canchas. Puro aguadito.

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Mientras tanto, usted mi público maravilloso siga disfrutando de mis programas de todos los viernes con los dos capítulos de . Una historia de vida de mucho sacrificio y de rebeldía para sobreponerse y salir adelante en el fútbol profesional que merece ser conocida por todos mis seguidores. Ahora se viene la historia de los hermanos Jair y Leao Butrón.

Hace poco mi sobrino Jefferson Farfán y mi amigo Roberto Guizasola me invitaron a su programa ‘Enfocados’ y la pasé de maravillas. En dicho episodio me preguntaron por una serie de situaciones que viví con el fútbol. Fue muy divertido. El capítulo ha sido todo un éxito y se viralizó varios pasajes de la conversación. Reitero que la pasé súper bien.

Luis Guadalupe sorprendió a sus sobrino mientras cumplia una de sus íntimas fantasias (Foto: @cutoguadalupe16)
Luis Guadalupe sorprendió a sus sobrino mientras cumplia una de sus íntimas fantasias (Foto: @cutoguadalupe16)

Pero debo decir también que en una parte de la entrevista mi sobrino contó una historia que la tenía celosamente bien guardada y que fue ‘editada’, quiero creer por falta de tiempo, no se vio la parte en la que yo termino de contar la historia. Pero no hay problema, ahora tengo tiempo y espacio para terminar de narrar todo el capítulo completo.

Eran dos chicas que daban la hora en televisión

Efectivamente, un departamento en el corazón de Miraflores, fue el punto de encuentro del tío y el sobrino con dos señoritas que eran las top del momento. Las esculturales modelos eran las que salían en televisión y acaparaban las portadas de los principales diarios peruanos en el ámbito del espectáculo. Como se dicen criollamente, ellas daban la hora.

Fue una noche en la que por primera vez probé una botella de whisky etiqueta azul. Acá hago una aclaración. Mi sobrino Jefferson Farfán no tomaba. Él recién empezó a tomar cuando se retiró del fútbol profesional. El ambiente estaba preparado de la mejor manera, full calidad. Nivel top, A1. Efectivamente tal como se tenía previsto, llegaron las señoritas a la reunión, y al final solo nos quedamos los cuatro. Ya mi cuerpo de seguridad se había retirado a descansar.

Cuto cuenta cómo celebró el cumpleaños de ‘La Foquita’ en ‘La caliente’, la discoteca privada de su sobrino Jefferson Farfán. (Fotos: Jefferson Farfán)
Cuto cuenta cómo celebró el cumpleaños de ‘La Foquita’ en ‘La caliente’, la discoteca privada de su sobrino Jefferson Farfán. (Fotos: Jefferson Farfán)

La noche empezó bien. Recuerdo que le pedí a una de ellas, que había llegado saboreando y luciendo un chupetín en su boca, era como una moda de ese momento en las mujeres, a que nos haga un show. Ella de inmediato me pidió una correa, recuerdo claramente, por lo que me saqué la que me sujetaba los pantalones, de inmediato le puse a su disposición y empezó su espectáculo. Fue fascinante.

Fue un choque de titanes, un encuentro de dos fieras

La noche era única, la estábamos pasando de maravillas emparejados, eran años de soltería, éramos libre como el viento. Luego llegó el momento de la faena. Tal como él cuenta sucedieron las cosas, aunque algunos no han captado o no quieren entender, tal vez solo por su mente estrecha piensan que uno es del ‘otro equipo’; pero bueno, mejor sigo contando la historia.

La chica del chupetín, la que me pidió la correa para el show se quedó conmigo en la sala mientras que mi sobrino se embaló primero para su faena privada. Luego me fui a la otra habitación con la chica mencionada. Ella efectivamente volvió a utilizar los implementos para nuestro encuentro. Ella voluptuosa con impresionantes caderas y que gozaba de una sensualidad única que me hizo experimentar una noche de lujuria, que creo, ninguno de los dos podremos olvidar. Hubo correazo, chupetín, palmazos y hasta donde su imaginación pueda dar. Fue un choque de titanes. Fue un encuentro de dos fieras que decidimos experimentar con nuestros cuerpos libres y poseídos cada uno en su género.

‘Cuto’ Guadalupe y Jefferson Farfán, así se logró el reencuentro luego de 8 años
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Mi sobrino me suplicó que le centre a chica del chupetín

Mi sobrino Jefferson vio algunos pasajes de lo bien que yo la estaba pasando, por lo que quedó inquietado y con el bichito de la curiosidad por descubrir y experimentar esos placeres del cuerpo. Mi contienda había sido tan brutal que no quiso perderse ese encuentro. Una vez, ya en la sala del departamento, las parejas nos volvimos a encontrar luego de haber tenido cada uno sus faenas respectivas. Acá viene el episodio que conté y que no se vio en Enfocados.

Lo cuatro nos volvimos a encontrar en la sala, en eso veo que mi sobrino se va a la cocina y me llama. En ese momento me pregunté que habrá pasado. Tomé un sorbo más de mi whisky etiqueta azul y acudí a su llamado. Lo vi ansioso. ¿Qué pasó?, le pregunté. Juntó sus manos y se las llevó a la altura de su rostro para hacerme el siguiente pedido: Tío, por favor, habla con ella, (con la chica del chupetín) yo también quiero estar con ella”, me dijo. Esa noche nació la frase: Yo también quiero….

En esos tiempos, Jefferson era de poco hablar, era muy tímido. A diferencia de ahora, se ha vuelto un monstruo, pero me hizo ese pedido muy especial. Parecía esos niños engreídos cuando piden desesperadamente un juguete a sus padres. Así se puso, creo que ustedes ya me captaron la idea. Era una tarea muy complicada ya que tenía que convencer a las dos señoritas.

El año 2003, Cuto regresa a Universitario y defiende a los cremas hasta el año 2007. En el clásico del año 2003 enfrento a su sobrino Jefferson Farfán que jugaba por Alianza Lima. (Foto GEC Archivo)
El año 2003, Cuto regresa a Universitario y defiende a los cremas hasta el año 2007. En el clásico del año 2003 enfrento a su sobrino Jefferson Farfán que jugaba por Alianza Lima. (Foto GEC Archivo)

Tuve que utilizar mis mejores artes de convencimiento para darle el gusto a mi sobrino en el arte del erotismo. Le di la satisfacción de poder poseer a la señorita de la correa y el chupetín. ¿Experimentó todos los placeres que momentos antes había vivido su tío o ustedes que creen? Lo dejo a su imaginación. Pero lo cierto es que el sueño se hizo realidad para él.

Cientos de mensajes he recibido de amigos y conocidos preguntando por la identidad de las señoritas. La gente no puede con su genio. A ellos les digo: Guardad celosamente el secreto, contadlo solo a los que améis y acudid con ellos a esta cita. Que este día, les sea propicio.

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