La semana pasada les comencé a contar sobre mi llegada a Independiente de Argentina en el año 1999. Ahora, me preparaba a seguir contando sobre mi permanencia en el cuadro ‘Rojo’ de Avellaneda, desde Miami (vine a visitar a mi compadre Kike Paravicino ya que mi sobrina Ashley cumplió años); en el momento que estaba coordinando con mi productor el ‘Huachano’ José Lara sobre la columna, él me da la lamentable noticia sobre el fallecimiento de César Luis Menotti. La pena me embarga. El mundo del fútbol está de luto. No es para menos, nos toma la delantera un hombre que le dio mucho al fútbol.
Siguiendo con mi recuento sobre mi experiencia con Independiente, ahora quiero contarles precisamente sobre César Luis Menotti, el técnico que tuve y me recibió en Argentina. Sin duda que cuando el presidente de Universitario de Deportes de ese entonces, Alfredo Gonzáles, me habló de la posibilidad de jugar en Independiente que era dirigido por el ‘Flaco’ Menotti fue una motivación más para dar el sí a la operación. Sabía lo que podía significar tener como entrenador a un campeón del mundo en Argentina 78 y creador de una corriente futbolística muy pronunciada en Argentina, basada en el fútbol bien jugado para ganar opuesta abiertamente a la corriente del ‘Bilardismo’, y que se difundió en el mundo.
Menotti fue un hombre bienhablado, de palabras bien escogidas para cada situación, versado, con calidez, y que siempre era un placer escucharlo ya que tenía mucha sapiencia. Siempre me cobijó y me dio ese respaldo que necesitamos los futbolistas para asentarnos en el equipo. Me fue llevando de a poco. Como yo había llegado luego de la pretemporada del equipo, ya que estuve participando con la selección peruana en la Copa América en Paraguay 99, me hizo hacer un trabajo especial con el preparador físico Fernando Signorini.
Recuerdo como si hubiera sido ayer el día que, en Brasil, en un partido con Corinthians ante Independiente por la Mercosur, cuando se jugaba el segundo tiempo y se iba empatando; Menotti me pidió ingresar en un partido caliente. Luego de un córner encontré una pelota en el área grande y no dudé en pegarle fuerte con alma, vida, corazón y vencí al arquero brasileño logrando un triunfo histórico. Rompimos la mala racha de que hacía muchos años, un equipo argentino no ganaba en tierras brasileñas.
Esa noche el vestuario fue una locura. Se celebró a todo dar aquel triunfo. Para mí fue un festejo muy especial ya que había tenido la oportunidad de anotar el gol de la victoria, pero vivir esa experiencia en un equipo argentino fue único e inolvidable.
La relación de Menotti con Perú
Quizás mucho no lo sabían, pero César Luis Menotti tenía una relación muy marcada con nuestro país. En las primeras conversaciones que tuve con él, quedé gratamente sorprendido cómo Menotti me hablaba de nuestro país. Era un hombre enamorado de la música peruana más exactamente de ‘Chabuca’ Granda y Arturo ‘Zambo’ Cavero. Uno se podía quedar hablando un buen rato y no se cansaba de hablar de aquellos cantantes que habían hecho que se enamore del Perú.
Era muy gratificante escucharlo hablar de esa manera de los diferentes temas musicales como de La Flor de la Canela. En una oportunidad me pidió que le llevara un CD con la música del ‘Zambo’ Cavero. Para mí era todo un orgullo, que un personaje como él, hable maravillas de nuestra música. Por supuesto, también de nuestro fútbol.
La anécdota con Menotti
Cuando recién había llegado al equipo ‘Rojo’ me hice muy amigo de Sebastián Pena y, como yo no tenía carro, él me llevaba a mi casa ya que vivíamos muy cerca uno del otro. Un día la práctica había terminado y estaba listo para irme, en eso me dice Pena: “Guadalupe, me esperas en el carro, la puerta está abierta. Termino de cambiarme y te doy el alcance”.
Avance hacia la zona donde estaban los carros y vi lo habitual. Una gran cantidad de prensa deportiva que estaba entrevistando al profesor Menotti. Era algo cotidiano, algo que siempre sucedía. Hasta ahí, todo normal. En eso, veo el carro de Pena y me subo. Y lo comienzo a esperar tal como había quedado, en eso me doy cuenta que Menotti termina su rueda de prensa con todos los medios deportivos y veo que se acerca al carro. Acto seguido lo veo en la puerta del piloto del carro donde yo estaba sentado en el asiento de copiloto, me queda mirando muy sorprendido y me dice: “¿Vos qué hace acá?”.
Sinceramente yo estaba desorientado y solo atine a decirle: Profesor estoy esperando a Pena. Él me lleva a mi casa. De inmediato me hizo ese gesto típico argentino, levantó su mano derecha y la movió para decirme que estaba sentado en su carro. Sinceramente me dio una vergüenza y de inmediato le pedí disculpas y todo a la vista de toda la prensa deportiva que se rió de la escena. Sucede que los carros de Menotti y Pena eran igualitos, mismo modelo, mismo color, misma marca. Al final solo me quedó reírme a mí también. Para reír y recordarlo siempre.
Gracias profesor César Luis Menotti, fue un lujo para mí tenerlo de DT y, sobre todo, de conocerlo como persona y saber del cariño especial por la música criolla peruana y de nuestro fútbol. Dios lo tenga en su gloria.
Nos leemos el próximo lunes.