Mi gente de La Fe de Cuto, se acaba el 2024 y nos vamos despidiendo de un año muy particular para nosotros, pero siempre agradecido con Dios por permitirme tener salud, poder disfrutar de la familia y compartir con los seres queridos, los amigos y por supuesto, con todos mis seguidores.
En el lado laboral, agradecido con un año lleno de retos y aventuras, siguiendo a la selección peruana en la Copa América USA 2024. Si bien no se logró los resultados esperados, estuvimos acompañando a la selección peruana hasta donde llegó su participación. Incluso, tuvimos la oportunidad de estar en la final del certamen que se desarrolló en Miami y en la que se consagró Argentina como campeón; así como también pudimos acompañar a la Bicolor en Lima, en sus partidos de las Eliminatorias.
Se va un año que será inolvidable para Universitario de Deportes. En el año de su Centenario, logró ser campeón, con lo que sumó la estrella 28 y consiguió el bicampeonato en el fútbol peruano. Será histórico para los merengues.
A inicios de los años 80, ya con 7 u 8 años, era un niño que recorría las polvorientas calles de Corongo City con mis amigos. Cada fin de diciembre era una verdadera fiesta para la muchachada, ya que nos preparábamos para recibir el Nuevo Año. Lo hacíamos armando nuestros clásicos muñecos que eran quemados a las 00:00 horas, una señal de acabar con lo viejo para que vengan nuevas cosas.
Para eso, nos alistábamos bien para confeccionar el mejor muñeco de la calle o del barrio y así ganar el premio de la vecindad, que consistía en solo la consideración de los parroquianos al pasar por la calle. Eso era bastante para nosotros, elegirnos como los ganadores del año.
En un principio sobre el techo, luego sobre la calle y en el frontis de tu casa, se lucía el muñeco que con tanto esfuerzo y dedicación habías armado con ropa vieja y paja de colchón. El arte era darle una forma de persona tan real que de noche te podía asustar.
Esos días eran una verdadera fiesta para nosotros. Le poníamos pasión al armado de los muñecos y a la hora de quemarlos se le arrojaba algunos cohetes y sus chispitas de bengalas o mariposas, detalles que le daban ese colorido que requiere la despedida de un año.
Desde esta humilde columna les deseo un feliz y próspero Año 2025, que la pasen colmados de amor, en unión familiar, y que sus sueños y objetivos se concreten.
Nos leemos el próximo año.
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