Mi gente de ‘La fe de Cuto’. Después de las dos picantes entregas con Jean Ferrari, continuamos con la . El volante se confiesa como nunca antes y habla de sus inicios el fútbol, su carrera y más.

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En esta charla, ‘Chemo’ Ruiz nos cuenta cómo fueron sus fuertes enfrentamientos con Jorge Amado Nunez, cuando era técnico de Universitario de Deportes y cómo fue que lo encaró en uno de los entrenamientos.

Además, se sincera y habla a corazón abierto de su divorcio con Dorita Orbegoso y cómo fue que Julio César Uribe trató de ayudarlo para que su matrimonio no fracasara. Empezamos, mi gente. No se olviden nunca que la fe es lo más lindo de la vida.

¿Por qué la chapa de Chemo Ruiz?

Siempre quedó esa chapa, todo el mundo creía que era por Chemo del Solar y más porque siempre me gustó Chemo del Solar, lo imitaba por el corte del cabello, pero Chemo me decían desde niño por mi papá, él jugó años en Cristal y le decían Anselmo ‘Chemo’ Ruiz y cuando iba al Cristal de chiquito me decían ‘Chemito’ y me quedé con esa. Nunca me gustó que me digan Chemo, quería mantener esa distancia, que me digan Marco, yo quería tener mi nombre en el fútbol.

Cómo fue tu infancia.

Feliz con lo poco que tenía, fue una infancia humilde, sencilla, vivía en un barrio picante en el Rímac, mis papás no me dejaban ir a dónde se movía todo, pero yo siempre me escapaba. Mis amigos mayores me silbaban para ir a ‘vagar’, esperaba un ‘queco’ y embalaba, sabía que iba llegar a las 5 y me iba caer. Jugábamos a las escondidas, al trompo, todo, regresaba y me caía, a aguantar nomás. Hice buenos amigos, mi infancia fue alegre, todo muy bonito.

En qué momento comienzas a jugar al fútbol

Mi mamá siempre estuvo detrás mío. Dicen que yo me levanté a caminar por una pelota, nadie me enseñó, tenía menos de un año. Mi mamá siempre le decía a mi papá que me lleve, pero no quería porque era muy chiquito. A los siete años me llevaron a probar a Cristal, no había categoría de menores, pero mi papá habló con el profe Gallardo. Mi papá siempre tuvo una rencilla con el profe Gallardo, cuando jugaban los dos eran como que bravos y cada uno tenía un grupo. El profe Gallardo era del grupo de los ‘correctos’ y mi viejo era el que se escapaba de la concentración, el que hacía el bochinche. Mi papá no quería pedirle el favor hasta que me llevó, habló con el profe. Me probé y me quedé. Vino Navidad y cuando regresé al año siguiente en enero, ya se había formado mi categoría, pero el grupo ya estaba hecho, así que me metieron a la escuela. Empecé a los 7 años en la academia de Cristal.

¿Cómo es eso que no pagabas en la academia?

Es que mi papá era socio honorario del Cristal, entonces habló para que yo ingrese, en la escuela todos pagan, pero por ser hijo de deportista calificado no me cobraron. No estuve tanto tiempo, fueron dos meses, era más recreativo, no te enseñaban a jugar, eran campeonatos.

Tu empiezas en el fútbol como arquero...

Sí, ya después que me había ido a la escuela, para regresar al equipo que estaba formado yo me quedaba mirando y un día faltó un arquero, éramos tres que estábamos ahí de la escuela, todos me pidieron y yo dije ‘ya, yo tapo’. Me puse a tapar y no sabía tapar pero me tiraba hasta por las puras, entonces el profe me dijo ‘tapas bien, de qué posición juegas’ y yo jugaba de puntero derecho porque era hincha de Rey Muñoz. Me puso un rato de puntero derecho y me mandaron al arco de nuevo y me quedé de arquero desde los 8 años hasta los 16. Toda mi división de menores la hice de arquero.

¿Cómo es la historia con Amilton Prado?

Ese serrano motoso... no es despectivo, así nos tratamos en el fútbol. Mi cholo, mi hermano. El cholo llegó al Cristal, teníamos 15 años, él llegó cuando el equipo estaba armado, estábamos a mitad de temporada, era complicado afiliarlo y no lo afiliaron... que me agradezca que empezó en el fútbol porque ya lo habían botado. Vino la temporada y todos querían llegar a primera porque tenían las mejores cosas, era un club ordenado... vino gente de la U, Cantolao... justo cuando al Cholo lo iban a afiliar, vinieron jugadores de todos lados, jugaban muy bien y el Cholo quedó rezagado, no tenía cabida. Y yo, en la categoría 78 había un arquero, Sergio López, que era gigante para nuestra edad y yo era bien chiquito y nos sacan, fuimos como 15 que nos sacaron y nos fuimos a Republicana. Ahí el Cholo se deschavó, tanto así que era lateral y lo pusieron de 10. Pelé le pusimos, él jugaba solo, no quería darle la pelota a nadie. Cuando regresamos a jugar a Cristal yo hablé... me fueron a buscar a mí para regresar pero no de arquero y yo hablé para que lo llevaran al Cholo, mi hermano, su hermana era amiga de mi hermana, su mamá amiga de mi mamá, eran bien unidas, yo también era bien unido con él y hablé con el profe y así regresamos los dos, los únicos que regresamos a Cristal de los que botaron.

Chemo Ruíz en La Fe de Cuto
Chemo Ruíz en La Fe de Cuto

Luego te vas a Sport Agustín...

Cuando yo regreso a Cristal, cuando regresé de Republicana, me fui de arquero y ellos me ven de jugador para regresar a Cristal. El profe Nieri era de los que nadie sabía quién iba jugar, recién en el camerino, para cambiarte, te decía. Ese día en el partido de la Florida me nombra a mí, me dice que iba jugar y que iba ser capitán, me sorprendí, me agrandé y chapé la 10. Me puse la cinta, salí y todos me miraban, ganamos uno a cero con un gol mío, me metí un partidazo, la rompí. Ahí es donde me buscan, regresé, me prometieron ir a Brasil... y a las finales no hubo nada y se forma la juvenil. Al año siguiente, Cristal compra el Sport Agustino, entonces, todos sus juveniles pasaron a jugar segunda. Con 17 años jugamos ese campeonato de segunda, fue muy corto, casi nos vamos al descenso también, salvamos al último con Huaral, que lo goleamos, pero ese fue un paso cortito en el Sport Agustino que después se convierte en Cristal B.

Cómo fue esa historia con Franco Navarro, Oblitas y Leo Rojas...

Cuando a mí me suben, yo tuve la suerte... ya antes lo hacía Franco, al principio subíamos a jugar los promovidos a jugar Reserva, jugábamos, a veces alternábamos. Pero al año siguiente Oblitas fue a verme jugar. Yo juego ese partido y me lesiono y lo miran a Sheput, que hizo dos goles, nosotros disputábamos el mismo puesto con Lobatón, a las finales terminamos jugando los tres. El profe no sé qué se inventó e hizo que juguemos los tres, los tres subimos al año siguiente. Ya teníamos la reserva y quedábamos 9 del primer equipo, para completar la lista de 16 subían al resto del equipo de los juveniles. A mí me sentaban, para ponerlo al Ñato Condori, que era como su hijo, por más que Leo le decía que me ponga, no me ponía, me ponía 15 minutos, después me quiso llevar al Estudiantes, no quise ir...

Luego te vas a Coopsol de Trujillo en el 2001

El 2000 me quedé todo el tiempo sentado, me pusieron ‘Flojera’, ahora me da risa pero en ese tiempo me da cólera. No era que no tenía ganas, pero tenía temor, un desgarro me duró cuatro meses y medio porque me ganaba la ansiedad de jugar. Entonces cuando iba a jugar iba siempre con temor, me decían que le meta ganas, hasta que el ‘Charapa’ Torres me puso ‘Flojera’. Todo el 2000 no jugué y al año siguiente me prestan a Coopsol. Ahí fue cuando debuté, estuve tres años sin debutar el Cristal y debuté en Coopsol.

Luego te vas al Bolognesi de Tacna desde el 2003 al 2005...

No debí irme. Me tocó irme a Tacna. Terminó el año, fui a la selección, me llamaron como cinco equipos: Cienciano, Sullana, Bolo, Huanca y Alianza. Yo de gil... iba ir a Alianza con los ojos cerrados, el Chepe estaba ahí en Alianza, él me pidió y yo... me convencieron, me convencen rápido en todos los campos...

Chemo Ruíz en La Fe de Cuto
Chemo Ruíz en La Fe de Cuto

¿En ese momento, decidiste irte al Bolo?

Mis asesores me presentaron la posibilidad ‘ya, estás ganando acá 500 dólares, acá te están ofreciendo 3 mil de prima y mensual 1600′. Me hablaba de plata. Yo de no ganar nada, encima ni me pagaban los 500 dólares, nos debían, nosotros hemos pasado hambre en Huanca. Nosotros en el Huanca, llegaba yo un lunes y vivíamos juntos en un fundo, sabíamos que había comida martes y miércoles, del jueves ya no teníamos comida, el sábado veía el partido y qué hacíamos... con mi compañero de cuarto nos comprábamos una guaraná de tres litros y un paquete de galletas pa cuando no haya. Los más grandes sabían que teníamos y nos picaban. Hasta empeñaban los buzos de concentración en las pollerías para que nos den.

¿Y qué pasó?

Entonces se me presenta lo del Bolo, pero Chepe ya me había dicho lo de Alianza, me llamó Carlos Franco y me dijo que me iban a llamar, me ofreció tres veces más de lo que me daba el Bolo. Pero llegaba Navidad y no me llamaban, el profe me decía que me iban a llamar para nada. Fui, hablé con Balbuena, me mete a la oficina de Delgado y él me dice ‘¿Quién te ha dicho que te quiere Alianza?, el proyecto es que estés en el Bolo, en la selección, luego a un club grande y luego te vamos a vender a Europa’. Me mostró la lista y me dijo que no estaba, que si me quería ir a ser suplente, me lavó la cabeza. Al final firmé por el Bolo para no perder la selección, me dieron mi plata, salgo de la oficina y a los 10 minutos me llaman

No me digas...

Quería llorar, contesto y era el presidente de Alianza para que firmara mi contrato. Me quería meter un tiro... le expliqué que no me llamaban, que ya se acercaba Navidad y que se me presentó esta oportunidad del Bolo. Me dijo ‘no te preocupes, después hablamos’. A los cinco minutos me llamó el Chepe Torres a gritarme, me dijo que deje todo y que me venga, que no me iban a obligar. Hablé con Martorell y le dije que me dejara ir pero que iba hablar con el profe y le dijo a Mosquera, Mosquera no quería dejarme ir. Le hablé primero a Cuchi y me dice ‘Mira, Chemo, dile que le vas a dar 10 mil dólares y le vamos a dar a Amilton Prado y a Wenceslao Fernández para que tú vengas’. Yo le dije a Martorell eso y me dijo ‘ya, de una’. Le dije a Mosquera y para qué lo llamé, me gritó... Me dijo que cuando lo llamen de un club grande, me iba a llevar. Al final le dije que tenía palabra y que me iba quedar, me fui por 1000 dólares al Bolo, ya había firmado, yo tengo palabra, quedo y quedo. Pero después ya aprendí. Estuve 3 temporadas.

Chemo Ruíz en La Fe de Cuto
Chemo Ruíz en La Fe de Cuto

SUS ANÉCDOTAS CON SAMPAOLI

Ahí te dirige Sampaoli

Qué peladito impresionante. Era hiperactivo, ese no cree en Dios, nosotros rezábamos y él se iba a un costado. Se ponía a jugar fútbol tenis y una vez perdió con Manzana, apostaron creo que 300 dólares, SaMpaoli es un piconazo, en el último punto cabecea, lo ciega el sol y se va para atrás la pelota y comenzó ‘Virgen y la p... por eso clavaron a tu hijo, cómo me vas a poner el sol aquí en este punto’. Ateo pero ateo es.

Otra anécdota....

Viajaba con su libretita. Después de la lesión le decía que me ponga, no ganábamos, teníamos 11 partidos sin ganar, habíamos hecho un punto nomás. Nos tocaba contra Cristal, se cumplía un año de mi lesión ese mismo día. Sampaoli me decía que ya se iba porque el equipo no respondía, pero no quería irse sin ponerme, quería enfrentarme con Jorge Soto, me metía en la cabeza que me lo tenía que comer, me ponía videos de Jorge Soto, toda la semana me estuvo hablando de él. Le dije ‘tranquilo, vamos a ganar, no se va ir’. Llegamos y en el avión se sentó a mi costado con su libretita a seguirme hablando de Jorge Soto, hora y media de Tacna a Lima, le decía ‘ya, profe, basta, me tienes harto’.

Todo el día...

Llegamos de frente a cenar y seguía en la cena. Cuando entro a mi cuarto, sentía que me seguía y veo en mi cama, escrito grandazo: ‘Jorge Soto’. ¡Qué abusivo! Volteo y me dijo ‘hoy día quiero que sueñes con Jorge Soto’. Jugamos el partido y Jorge me decía ‘Chemo, despacio’, pero yo le iba con todo. 2-1 ganamos el partido.

¿Cómo llegas a la U?

Me llama Ramón Mifflin, es bien amigo de mi viejo. Ahí sí daban desayuno, me encontraba con todos los que le tenía cólera, con Chiquito, Piero Alva... Jugué en el primer partido en Arequipa y ahí fue que llega Nunez, de todo me ponía.

¿Cómo viviste ese momento?

Te acuerdas cuando fuimos a Estados Unidos a jugar un clásico y yo me fui con Donny, nos dieron permiso en la mañana y nos llevaron a comer y llegamos tarde al almuerzo. El profe se nos acerca a llamarnos la atención y nos dice ‘lo que pasa es que hay varios de acá que me quieren sacar, yo sé que ustedes no son’. Cuando regresamos de Estados Unidos y yo estaba titular y cuando pasa este tema con Nunez, jugamos en Arequipa y ganamos, jugamos en el Nacional empatamos y el tercer partido perdimos, en ese tercer partido no me pone, yo renegaba y él me decía que la prensa le había dicho que Donny y yo lo queríamos sacar y la prensa nos decía que el profe les decía que el profe decía que nosotros no queríamos que él esté. Donny se puso malcriado, yo no. Llega ese día del partido y yo lo encaré delante de todos y me peleé feo con él, me le puse de tú a tú, me le iba ir encima y me agarra Toñito y Galiquio. Al día siguiente lo botan. Creo que eso también fue lo que a su regreso nos saque y tenga ese entripado conmigo. Lo peor fue cuando lo agarramos, nos metimos con todo y él ya sabía, había llamado a todos para que lo cuiden y tú lo encaraste para preguntarle por qué nos estaba botando y no quería hablar, cobarde. De ahí nos entrevistó la prensa, Magallanes le quería pegar, él que es un pan de Dios, y ahí fue que nos citó uno por uno, tú querías ir primero pero quiso que yo fuera primero.

Tú te quedaste...

Pero no porque quería, tenía contrato. Cuando me llama yo le dije ‘profe, dígame por qué me está botando y me voy’ y me dijo ‘razones técnicas’. Le dije que me había puesto de todas las posiciones y luego mudo, no hablaba nada. Me fui y tuvimos la reunión en la agremiación que dijimos que íbamos a seguir, todos se fueron y yo me quedé en el aire.

Entrenando solo...

Entrenaba solo, todos los días trotando alrededor de la cancha, quería que me boten pero no querían botarme para no pagarme todo, y me hacían trotar todos los días, hasta que me entero que querían que juegue el clásico. Había uno que se había lesionado, yo dije ‘qué, no voy a jugar nada’. Al día siguiente llegué con un desgarro y los mandó a todos a hablarme, yo no quería jugar porque me había tratado mal pero Linares me convence, me decía ‘no lo hagas por él, hazlo por el club que te dio la oportunidad y para evitar problemas legales’. Dije, ‘voy a jugar, pero dile a ese señor que venga y me diga por qué me botó y yo juego’.

Él nunca dio una explicación, dijo a espalda de nosotros que nos habíamos echado en ese partido que jugamos con San Martín, es indignante, nunca tuvimos ni tú, ni yo, ni Goyo, ni Piero Alva, ni Magallanes, nunca tuvimos una respuesta, porque nos citó a cada uno y cuando lo teníamos al frente, estaba mirando la televisión, no quería hablar, nunca asumió...

Yo quería que me explique, vino al tópico donde estábamos todos y me dijo ‘Chemo, puedo hablar contigo en el otro cuarto...’, todo delicadito, todos me empezaron a vacilar. Me dijo que quería que juegue el clásico porque no tenía gente, al final me dijo que los directivos me botaron, le echó la culpa, le dije cobarde, pero que iba a jugar por mis compañeros. Ganamos ese clásico. Terminé jugando ese Apertura, yo hago el gol de la clasificación y toda la prensa se me vino, ahí fue que tuve el problema con tu causa Huachano.

Cuénta esa...

Yo no quería hablar con la prensa. Hice el gol y todos querían entrevista y yo no quería porque la prensa también me mató. Huachano paraba con él, me decía que me iba cuidar que era el único que no me había matado, me convenció, le di la nota y me pregunta así como acá, ahora yo acepté porque sabía que va salir lo que yo digo, en cambio el escribe, manipula. Me pregunta de mi papá, de mi infancia, me hizo subirme a una carretilla por el Monumental, fue una entrevista de fútbol y le pedí, en ese tiempo estaba con una pareja, le pedí que no meta a mi pareja actual ni a la anterior. Llega el fin de semana y la central, mi foto en el medio, la foto de mi ex y la otra al otro lado, dije ‘qué es esto’. Lo peor era que todas las preguntas estaban cambiadas, no sabía en qué momento me había preguntado eso. Dije ‘lo tengo que encontrar a ese señor’. Fui a entrenar, salí y lo veo a Huachano escondidito atrás, me le fui encima y se me puso de tú a tú, si no estaba la prensa le pegaba, estaba enfurecido. Por meterme más picardía porque Trome vende ambas cosas, pero diciéndole no pongas y pone las fotos todavía.

Chemo Ruíz en La Fe de Cuto
Chemo Ruíz en La Fe de Cuto

A ti te dirige Gareca en 2007

Con Nunez jugamos la Sudamericana y me defendía Nunez, pasé del villano... lo trajeron a Galván, pedían un central y delante de todos Nunez dijo ‘ustedes van a tener un central... yo no quiero ni un central porque Chemo es mi central, voy a morir con Chemo y él va ser su central, traigan a quien traigan, él es mi central’, él creía que lo iba abrazar... ahí trajeron a Galván.

¿Qué anécdota con Ricardo Gareca?

Con Ricardo todo bien, lo primero que hizo fue citarnos a los titulares a su casa, me habló, sabía del problema, le conté toda mi historia y me dijo que empezaba de cero, nos hicimos buenos amigos, yo siempre jugaba con Gareca, pero el problema fue que me volví a lesionar, el gemelo y es una lesión jodida, no podía jugar bien pero después me dio su respaldo porque quería que me quede. Habló, pero los dirigentes no quisieron renovarme. Jugué el último partido de titular y ahí acabó mi contrato en la U.

En 2008 te vas al Boys...

Mi idea era ir de un club grande, pero no quise tocar puertas y me fui al Boys, estaba Jacinto Rodríguez de entrenador, Carlos Kukín Flores llegó después pero era todo un tema. Yo jugaba de 10 en Boys hasta que llega Kukín que era 10 también, él nunca me la pidió, se puso la 20. Hasta que pasó un tema con Jacinto Rodríguez y lo sacan y entra el Chevo Salazar de entrenador y de arranque me sienta y me quiso poner de central en el equipo suplente. Le dije que no era central y me dijo ‘anda siéntate allá’. Me senté y jugó Kukín de titular, al segundo tiempo, para el tercer equipo entré, dije que iba jugar de central si era titular, pero que mi puesto era volante. Él quería ponerlo a Kukín. Jugué de volante, me saqué el ancho y salí en lista, pero suplente. Llego a cambiarme y no estaban mis cosas, no estaba la 10, había una camiseta volteada, me cambiaron de sitio y veo y mi camiseta era la 20 y la volteada era la de Kukín, la 10. Carlos no me decía nada, empezó el partido, ganábamos 1-0, entro a la cancha y pierdo un pase y nos empatan 1-1 y Kukín me empezó a gritar mal en la cancha y yo me le paré, le dije que también tenía familia en el Callao, estaba en el momento de la calentura. Yo se la tenía guardada porque Jaime la Torre me decía que Kukín me quería sacar. Luego hicimos el 2-1 y Kukín vino a abrazarme y a decirme que ya no pasaba nada.

Luego te vas al Sport Áncash...

Sí y me fui al Áncash por Kukín, él me pidió. Ya me había llamado Mallqui pero no quería ir a la altura, y Carlos me llama y me dice que vaya ahorita a su oficina. Me agarró afuera y me dijo ‘acá vamos a sacar plata, yo te voy a apoyar’. Le pedí lo que quise y lo que quise me dio, pasajes, hotel, prima, un buen sueldo, me lo pagó todo y Kukín era el que me defendió, después de todo lo que me había hecho.

¿Qué año fue eso?

Fue el año 2008. Kukín tenía sus problemas, nosotros tratábamos de ayudarlo pero era difícil, no podía. Me acuerdo que no nos pagaban y un día vino y me dijo ‘Chemo, Pepe no quiere pagar pero ahorita me acaba de pagar todo mi sueldo, anda a cobrar y anda con dos piedras y le tiras... es que no me quería pagar y le dije ‘te rompo la luna’ y le rompí dos mamparas y ahí me mandó mi plata’.

En el 2011 te vas a Unión Comercio

Ahí estaba el Diamante. Cuando yo llegué estaba Lisi y siempre me decía ‘oe pero te han traído y no quieren que juegues’, creo que lo hacían por la comisión. Con quien ya empecé a jugar fue cuando llegó Julio César, ahí tuve un enfrentamiento con él porque me sienta, no me cobraba las faltas y yo me molestaba. Me lo dijo de frente ‘tú te pones así conmigo y va ser peor’. Así que empecé a entrenar y a jugar bien con el profe. Con Julio César he pasado cosas que con otra persona de repente no lo habría podido pasar igual. Él estuvo en mis momentos complicados, me quería ayudar, pero hay situaciones que ya no daban para más.

Ese año fue tu separación

Ese mismo año yo me separé

Nosotros nos casamos el mismo día y nos separamos el mismo año, así es este señor Huachano...

Sí, me separé. Empezaron los problemas por la distancia y ya llegó un momento en el que ya no podía jugar. Creo que fue de los últimos años que jugué en primera, uno de los mejores que tuve, en Comercio, Uribe me sacó lo que yo había perdido y se estaba voceando para regresar a la selección, yo tenía 32 años. El problema no era cuando jugaba, sino todo lo demás, yo vivía solo allá, entrenando, jugando, todo bien, el problema era después. Julio César me cita a mi cuarto y se pone a llorar, es bien sentimental y me dice ‘yo te quiero ayudar’, quería pagarle el pasaje a ella para que vaya, quería darme facilidades para que yo esté en Lima, no quería que deje de jugar. Duramos así una semana, dos semanas pero no podía y me fui para tratar de solucionar mis cosas. El presidente también me dijo, ‘anda y luego regresas’. Me fui y ya no pude regresar, tenían que pagarme dos meses y no lo cobré para tener la oportunidad de regresar al año siguiente, pero optaron por otras cosas.

Luego te vas a Galvez...

Estaba con Bam Bam (Wilmar Valencia), al hacerme mi contrato, me tenía ahí, en la pretemporada me complicaban las cosas, a mí siempre me ha gustado entrenar bien, yo iba adelante... no le quedaba otra más que ponerme, yo ya tenía la venia del presidente, me ponía siempre a competir con otros, estaba Cevasco, Josimar Atoche... empezamos a jugar y me acuerdo que el primer partido Bam Bam me limitaba a jugar contra Reiner Torres, jugábamos contra la U, me decía que cambie de posición y deje a Atoche que es más rápido. Al final me quedé pero me dijo: ‘A la primera te saco’. A Reiner lo tuve loco, le hice huacha y todo, Bam Bam me miraba nomás. Renunció Bam Bam, dijo que no podía sostener, que se sentía mal, solo duró un partido y renunció.

¿Te costó dejar el fútbol?

Sí, porque yo tenía la ilusión de retirarme en la tierra de mi papá, en Chimbote. Me hubiera gustado hacerlo en Cristal, que fue donde empecé, pero me da un orgullo verlo a Carlos que ha logrado eso, él es representante de todos nosotros, de esa generación. Al final siempre uno quiere seguir jugando, quizá estoy lejos del fútbol profesional pero cerca porque todavía me mantengo entrenando, haciendo lo que me gusta.

¿Ahora a qué te dedicas?

Ahora tengo mi centro de alto rendimiento ‘Wefa Soccer’. Empecé en la pandemia. También tengo mi propia marca deportiva. Mi centro está en el Rímac, donde empezó la historia. Yo he tenido varios negocios, en restaurantes, discotecas, eventos artísticos y no me ha ido bien, pero uno va aprendiendo, y dije voy a invertir en el tema deportivo, que siempre tuve la ilusión. También somos representantes de futbolistas.

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