¡De la cancha al corazón! Álvaro Barco recordó cómo se inició su amistad con ‘Chemo’ del Solar: “Fuimos amigos antes que cuñados”

En una conversación llena de risas, recuerdos y complicidad, Álvaro Barco se sentó frente al Cuto Guadalupe para una nueva edición de La fe de Cuto. El exdefensor crema, hoy director deportivo de Universitario, no solo habló de fútbol, sino también de una amistad que trascendió las canchas: la que lo une con el ahora entrenador José Guillermo ‘Chemo’ del Solar, su compañero de vida… y de familia.

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Barco confesó que su historia con Chemo empezó mucho antes del parentesco. “Fuimos amigos antes de ser cuñados porque su familia vivía en Chimbote y él se mudó a Lima, a la casa de sus abuelos ”, recordó. La relación nació en las divisiones menores de la ‘U’, cuando ambos apenas soñaban con ser futbolistas profesionales. “Lo conocí en la ‘U’, en menores. Nos daba risa porque yo estudiaba en la mañana y él en la tarde. Se tiraba la pera constantemente con Alejandro ‘Cadenita’ Espinoza”, contó entre carcajadas.

El exjugador evocó esos días en los que la pasión por la pelota era más fuerte que cualquier obligación. “Nos juntábamos en Chacarilla y nos íbamos hasta Breña a jugar al Lolo. Es increíble cómo de chibolo uno tiene una pasión y hace cualquier cosa”, dijo con nostalgia.

EL AMIGO QUE SE CONVIRTIÓ EN CUÑADO

El destino quiso que esa amistad se convirtiera en lazo familiar. Barco conoció a Alexandra, la hermana de Chemo, cuando su familia se instaló por completo en Lima desde Chimbote. “Ahí la conocí”, contó con una sonrisa. Pero la historia no fue sencilla: el verdadero reto no era conquistar a Alexandra… sino ganarse a su padre.

“¡El complicado era su papá! Don Pepe era bravísimo. No podíamos ir ni al matiné solos”, recordó entre risas. Cada vez que surgía un problema, el joven Chemo salía a defenderlo. “Chemo sacaba cara por mí. La luché durísimo”, dijo Barco, rememorando aquellos días de conquista y paciencia.

A pesar de los nervios iniciales, el tiempo consolidó una relación que se mantiene hasta hoy. “Chemo es uno de mis mejores amigos. A veces es un ‘perro verde’, pero ya lo entendemos”, comentó, demostrando el cariño y la confianza que los une.

ANÉCDOTAS DE COLECCIÓN

Durante la charla con Cuto, Barco no dudó en bromear sobre las travesuras de su cuñado. “Él tiene unas anécdotas imperdibles con Cochoy Rey Muñoz. No te voy a contar nada, él mismo tiene que contártelas, porque son de colección”, soltó con picardía.

Entre carcajadas, el exdefensor dejó claro que el lazo con Chemo va más allá del fútbol y la familia. Es una amistad forjada en la juventud, alimentada por la complicidad y mantenida por el respeto mutuo.

Como en cada entrega de La fe de Cuto, la charla fue una mezcla de recuerdos, emociones y humor. Barco mostró su lado más humano, lejos del dirigente y el jugador que todos conocen. Y, sobre todo, dejó ver que, más allá del fútbol, la verdadera fe está en los lazos que perduran para siempre.

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Redacción Deportes

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