Que rápido pasa el tiempo, ‘Potrillos’, casi tres décadas sin ustedes y la memoria se rehúsa a olvidarlos. Alianza Lima recuerda hoy a sus mártires, que cayeron en el mar de Ventanilla, cuando un fatídico Fokker se estrelló en el mar. Murió todo el plantel blanquiazul y en Lima quedaron algunos que driblearon a la muerte.
Benjamín Rodríguez fue uno de ellos. Figura de Alianza Lima, no fue a ese partido porque venía de una lesión y el estratega Marcos Calderón decidió darle descanso. “En estas fechas no me acerco al club, no voy a la misa ni a romerías, porque yo a mis amigos los recuerdo diariamente, no solo cuando se cumple un año más de su partida”, explicó el ‘Colibrí’.
Ya no hay lágrimas, el corazón tiene una huella que no sangra, pero duele, aunque él apuesta por recordarlos con una sonrisa. “Nos llamaban los cotizados, humildes por donde se nos mire. Nos gustaba ir juntos a todos lados, a comer helados a Manco Cápac, a las fiestas. ¿Quién tenía más jales con las chicas? Cada uno tenía sus hinchas, ja, ja”, subrayó el ex Alianza Lima.
Hablar de ese grupo humano nos lleva a mencionar a Luis Escobar, el ‘Potrillo’. “Era un jugador único, especial, bromista. Los amigos lo conocíamos y cuando se ponía muy antipático, lo poníamos en vereda. Cuando concentrábamos, él no comía lo que nos daban en el club, le traían de afuera”, comentó.
Pero pese a no querer repasar instantes del momento trágico, sabe que es inevitable llegar a la fatídica noticia. “Estaba durmiendo y me llama la mamá de ‘Pacho’ Bustamante y me pregunta: ‘¿Mi hijo está contigo?’, es que él a veces se quedaba en casa y de allí nos íbamos de viaje con el equipo. Esta vez no fue así, le dije que no y me comentó que en las noticias habían informado que el avión se había estrellado”, indicó el exjugador de Alianza Lima.
El final todos lo saben, pero él no quiere despedirse sin hacer un pedido. “Ojalá que siga la pensión para los deudos, porque esas madres siguen llorando su ausencia y necesitan una inyección económica”, sentenció.
A los 48 años, ‘Colibrí’ sigue silbando el recuerdo de sus amigos y llorando, aunque ría por fuera.