Raúl Jiménez pasó de héroe a villano en cuestión de segundos. El mexicano se perfilaba como una de las grandes figuras del partido entre Manchester City y Wolverhampton, por la jornada 16 de la Premier League. Sin embargo, un par de acciones puntuales marcaron la suerte del goleador y, de paso, de todo el cuadro visitante al estadio Etihad.
El plan de los ‘Wolves’ funcionó a lo largo de la primera etapa: cortar el juego, meter pierna fuerte cuando sea necesario y desconcentrar al adversario. Así, el elenco entrenado por Bruno Lage hacia el negocio de la fecha contra el puntero de la competición. Pero una novatada del azteca malogró todo lo ensayado por los ‘Lobos’.
A poquísimo de cerrar el primer tiempo, Raúl Jiménez intentó recuperar la pelota dentro del círculo central, pero en la cancha del local. El ‘9′, de escaso oficio en tareas defensivas, cometió una infracción contra Rodri y, tras la protesta, el juez de la contienda le mostró la primera tarjeta amarilla.
Entonces, tras aquel castigo, el ex América seguía caliente y no pudo controlarse para evitar un nuevo error. Mientras Rodri se alistaba para ejecutar el tiro libre favorable a Manchester City, el antiguo artillero de Benfica se cuadró frente al centrocampista e impidió la reanudación del encuentro.
Es más, el jugador del elenco ‘sky blue’ pasó la pelota para adelante, pero Raúl Jiménez estiró la pierna y bloqueó el avance. Entonces, por esa acción, el árbitro intervino nuevamente y solo unos segundos después de la primera sanción. De ese modo, el mexicano vio otra amarilla y, en consecuencia, la roja.
Actuación inexplicable del azteca, pero de todos modos se acercó al colegiado para pedir argumentos. El internacional fue apoyado por sus compañeros de ‘Wolves’ y unos segundos más tarde le invitaron a salir del campo. En ese camino, los hinchas de los ‘Lobos’ que asistieron a Manchester ovacionaron a su goleador y el DT le dio un abrazo para despedirle.