En el ocaso de su carrera, Paolo Guerrero sumó su primer descenso a segunda división con un equipo, luego que su club, el Avaí, empató 1-1 con Santos. Necesitaba de un triunfo para aferrarse al Brasileirao, pero no pudo. ¿Cuál será su futuro? Aquí repasamos todos los clubes por los cuales jugó.
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Claudio Pizarro había provocado que los clubes alemanes miren con otros ojos al Perú. Los ojeadores del club más ganador de la Bundesliga aconsejaron comprar a Paolo cuando este tenía 17 años. Era el año 2002. Antes, un club belga sondeó la posibilidad de llevárselo, pero jugar en el club de Franz Beckenbauer era otro lote.
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Paolo empezó jugando en el Bayern de Múnich II en la Regionalliga Sur, que en ese entonces era la tercera división del fútbol alemán. El 30 de mayo de 2004 se coronó campeón con esta categoría. Su entrenador era nada menos que el mítico Gerd Müller, goleador de los mundiales, quien le regalaba un chocolate cada vez que anotaba.
Ese mismo año, pero el 23 de octubre, debutó con el equipo profesional ante el Hansa Rostock. En el equipo alemán estuvo cuatro temporadas, anotó diez tantos en Bundesliga y dos en la Liga de Campeones de la UEFA. Nunca pudo afianzarse en la delantera, porque antes que él estaban monstruos como Claudio Pizarro, Roque Santa Cruz y Roy Makaay .
El histórico club del norte de Alemania lo compró en 2006. Sus primeros dos goles los anotó ante el Bayer Leverkusen, pero luego se lesionó seriamente y al final del año su producción indicó solo cinco goles.
En su segunda temporada se reivindicó. Hizo nueve goles, fue titular indiscutible y solo fue superado por el holandés Rafael van der Vaart (12 goles) e Ivica Olic (14 goles).
Jugó por primera vez la Copa UEFA, donde anotó cinco goles en nueve partidos. Con los años su carácter lo traicionó. La Bundesliga lo sancionó con cinco partidos por lanzar una botella de agua a un aficionado que le gritó desde la tribuna. Al año siguiente una patada por detrás al arquero del Stuttgart, Sven Ulreich, ocasionó que sea sancionado con ocho fechas.
A todos sorprendió que con solo 27 años, el delantero de la Selección Peruana deje Europa para firmar por un club de Brasil. Era el Corinthians, el más popular de ese país. Paolo incluso desechó una oferta del Valencia de España para irse a Sao Paulo. El Timao pagó por él 7 millones y medio de dólares. En ese club, Paolo es un histórico. Es que el 12 de diciembre de 2012 anotó el gol del triunfo en semifinales de la Copa Mundial de Clubs ante el Al-Ahly de Egipto. Y en la final ante el Chelsea de Inglaterra, metió un golazo de cabeza para que el equipo alce por primera en la historia la copa mundial. Al año siguiente, el Corinthians campeonó en el Paulistao, con ocho goles de Guerrero. Ese mismo año, Corinthian ganó la Recopa Sudamericana derrotando al Sao Paulo.
En 2014 fue premiado como el mejor delantero del Brasileirao con 18 anotaciones.
Al ‘Mengao’ de Río de Janeiro llegó en mayo del 2015, tras no ponerse de acuerdo en la renovación de contrato con el Corinthians. En el club cuyas sedas vistieron Zico, Romario y Bebeto, le fue regular. Fue campeón del Campeonato Carioca ante su clásico rival, Fluminense. En ese torneo fue el máximo anotador con 10 goles. En 2018, tras jugar por Perú en las Eliminatorias, Guerrero fue suspendido seis meses tras un control antidopaje.
Su relación con la hinchada nunca fue buena. Incluso, los periodistas decían que no dejaba espacio a jugadores emergentes. Uno de estos era Vinicius Junior, hoy delantero clave en el Real Madrid. Vencido su contrato, Paolo no renovó y se fue el Inter de Porto Alegre.
Ya veterano, pero con un gran cartel, llegó al club campeón de la Copa Libertadores y donde el ‘Cabezón’ Andrés D’alessandro era el máximo ídolo. Era 2019. Nunca se pudo asentar y allí empezaron sus lesiones más fuertes. Casi todo el 2020 se la pasó en camilla. Su rodilla no le daba tregua.
Entonces tomó una decisión importante. El año pasado pidió la rescisión de su contrato para someterse a un tratamiento y no volvió a jugar hasta julio de este año en que el modesto Avaí lo contrató. Allí no anotó ni un gol. Encima se fue a la baja.
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