
En noches de Copa Libertadores, un error se paga caro. Tres, se pagan con una pesadilla. Y eso es lo que vive Universitario en su propio Monumental. En apenas 30 minutos, Palmeiras ya le ganaba 3-0 y dejaba la serie de octavos casi sentenciada.
Todo empezó a los 7’, cuando Gustavo Gómez abrió la cuenta desde el punto de penal. Apenas cinco minutos después, el ‘Flaco’ López aumentó la ventaja tras una combinación letal con Vitor Roque. La defensa crema no encontraba respuestas, y la tormenta todavía no había terminado.
El tercer golpe llegó al minuto 30. Joaquín Piquerez lanzó un pase largo que cayó a la espalda de Williams Riveros. El central se quedó clavado y Vitor Roque, rápido como una flecha, se filtró en el área. Frente a Sebastián Britos, no dudó: derechazo seco y potente al fondo de la red.
Era la estocada que confirmaba la noche negra de la ‘U’. El Monumental quedó en silencio, y en el banco crema, Fabián Bustos buscaba soluciones urgentes para frenar la sangría.
Palmeiras, con la confianza de un gigante continental, manejó el partido a placer. Universitario, en cambio, sufría cada vez que perdía el balón. La zaga, con Di Benedetto y Riveros superados, ofrecía espacios que el ‘Verdao’ explotaba con precisión quirúrgica.
El 0-3 antes del descanso no solo es un marcador demoledor, es también un golpe anímico que puede definir la llave. La ‘U’ está obligada a reaccionar, y rápido, si no quiere que la pesadilla se convierta en eliminación.








