Apilados en una fila interminable que serpentea la histórica Plaza de Mayo, en Buenos Aires, decenas de miles de hinchas avanzan a paso lento con la esperanza de ingresar a la Casa Rosada (sede de Gobierno) para el velatorio donde se encuentra el féretro cubierto con la bandera Argentina y las casacas de la Albiceleste y de Boca Juniors con el número ’10′.
En los alrededores, de la Plaza de Mayo, se registraron varios incidentes de hinchas amontonados que se negaban a abandonar el lugar. La policía reprimió con balas de goma, gases y camiones hidrantes a la multitud mientras un pequeño grupo los enfrentó con piedras y botellas.
Los fanáticos lograron ingresar a la Casa Rosada y pasearon con normalidad por el Patio de Las Palmeras, espacio central, de la casa presidencial argentina. Las banderas y cánticos no cesaron. Los policías no pudieron hacer mucho por la gran cantidad de personas que ingresaron.
Los incidentes obligaron a retirar el féretro de Diego Maradona de la capilla ardiente, mientras en la calle la policía se enfrentaba a los hinchas.
El traslado del féretro fue confirmado a la AFP por una fuente del gobierno, justo después de que las autoridades anunciaran la extensión por tres horas del velatorio del 10. En varias calles del centro de Buenos Aires, cerca de la sede gubernamental, la policía reprimió con balas de goma y gases lacrimógenos a grupos de hinchas que arrojaban botellas y piedras.