POR: FERNANDO ‘VOCHA’ DÁVILA
En el grupo de históricos, Eusebio Acasuzo tiene un lugar privilegiado. El ‘Chevo’ pertenece a los elegidos de nuestro fútbol y en tiempos de cuarentena hace un repaso de su ayer y hoy.
Iba cinco veces por semana, ahora trabajo una hora en mi azotea.
Ando en 89 kilos y para mi metro 83 estoy en buen peso.
Comía normal.
Nunca repetía.
Cuando nos tocaba ir a restaurantes de lujo, lo retábamos a ver si sabía por dónde empezar y la hacía.
Como eran cubiertos de plata, creo que aprendió para después llevárselos a su casa.
La comida era igual para todos.
En la selección tuve a don Rafael Asca y con su experiencia me transmitió mucho, pero en mis comienzos, en Huaral, el masajista que dirigió en la Liga era quien me entrenaba.
En La Paz fui a un hotel a firmar por Bolívar y cuando acabó todo, le dije al profesor Moisés Barack, quien me había llevado, que quería comer chifa y me mandó al frente.
Pedí un chaufa, el chino no entendía, en la carta no encontraba nada parecido...
Apareció un arequipeño, me vio, saludó y me dijo: ‘Acá no se llama así. Lo llaman arroz frito porque se prepara en una sartén’.
El segundo de Rubio. Los demás son errores compartidos.
Es que el grupo no volvió a trabajar en ningún club.
Barbadillo y Uribe, libres de sus clubes de Italia; Cueto y La Rosa invitados en los entrenamientos de Alianza Lima, José Velásquez corría solo por la Costa Verde.
Después que Argentina nos sacó del Mundial pasaron cinco semanas sin juntarnos.
Cada quien entrenaba como podía.
No.
Eso debería responderlo él.
Claro. Una vez con la ‘U’ fuimos a jugar a Juliaca, en la noche previa salimos juntos a pasear y encontramos al árbitro ‘Cochero de Drácula’ Gonzales, que nos iba a dirigir al día siguiente.
Chale se acercó, lo saludó y le dijo que debía ser un buen partido, y el réferi le respondió que no se preocupara, que sabría conducir las cosas...
No cobró un fuera de juego y fue gol del rival. Roberto le reclamó y el juez lo calmó: ‘Ahorita empatan’.
Ignoró otro ‘offside’ y fue el segundo gol en contra. Chale se le fue encima con insultos y lo expulsaron.
Roberto habló con los policías para que lo dejen a un lado de la cancha.
Cuando acabó el partido entró al campo y le metió una patada en la espalda al árbitro.
Lo castigaron por más de un año y se tuvo que ir a jugar a Ecuador.
Al ‘Trome’, que siempre tengo un ejemplar en mi casa.
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