Jugar en la ‘U’ y Alianza Lima es un privilegio de pocos. Édgar Villamarín es uno de ellos. El zaguero colgó los chimpunes el año pasado y cuenta anécdotas que vivió en la pelotita.
Sí. Previo a la final dijo: ‘Muchachos, ahí está mi BMW verde C07, si logran el título se lo agarran’.
¡Claro! También lo había hecho cuando dirigió a Bolognesi (2007) y regaló un Suzuki Vitara blanco. Saliste campeón, pero te fuiste al ‘compadre’... Una decisión difícil, quise experimentar lo que era jugar por Alianza Lima. Pero no ganas un título... Faltó la cereza al pastel.
Muy doloroso. Una tragedia en todos los aspectos.
Me llamó para ir a Melgar en 2014. Al siguiente año fuimos campeones.
Le dijimos, pero respondió: ‘No, ya son otros tiempos’. Nos quedamos con las ganas, ja, ja, ja.
Sin dudar, Juan Reynoso. Es detallista, no deja nada al azar.
Junto a ‘Cachete’ Zúñiga hemos puesto la tienda virtual ‘Kurmi’, que significa ‘arcoíris’. Vendemos productos orgánicos. También acabo de terminar mis estudios de gerencia y administración deportiva, y tengo licencia de entrenador.
Vamos al Karaoke. ‘Cachete’ canta muy bien. No le conocíamos esa faceta...
Solo acompaño con aplausos, ja, ja, ja.
Es muy bromista, sabe manejar los grupos, le entra a la ‘chacota’, pero bien dedicado a su trabajo.
En algunas palabras se le nota.
El clima, veinte grados bajo cero en invierno y en verano el calor llega a cuarenta. Solo jugué un año en Chernomorets Odessa, rescindí por la crisis europea de 2008.
Me convenció la tranquilidad de la ciudad, orden y educación.
Hace rato que soy legal.
A ustedes. No olviden alimentarse de manera sana y natural.
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