Después del empate de Perú con Uruguay, me quedé con ¡hambreeee! Me amarré los chimpunes, me puse la bicolor y saqué el ‘matamoscas’. Estaba hirviendo de rabia. Quería ‘comerme’ a todos. Pero recordé que la fe es lo más lindo de la vida y teníamos nuestra revancha ante Venezuela. Y . Tres puntos que nos ponen en carrera para el mundial de Qatar 2022.

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Pero mientras recordaba el empate del jueves ante ‘Charrúas’ con el triunfo ante la ‘Vinotinto’ se me bajaba la bilirrubina, me puse a ver una serie que atrapó a todos los de mi generación: ‘Los Años Maravillosos’. Mi menté voló hacia los años 80. Yo era un guagua de 13 años más o menos y recordé las travesuras que hacía en esa época.

Hace más de una semana entrevisté a en mi programa ‘La Fe De Cuto’, en la web de Trome, y mi amigo, mi hermano, mi sangre, me puso en aprietos. Desde que conocí al popular ‘Tony Montana’ -así lo llaman- nuestra amistad traspasó fronteras. Yo era como ‘Kevin Arnold’ y él, mi gran causa ‘Paul Pfeiffer’. Solo nos faltaba una ‘Winnie Cooper’.

La cosa es que en medio de la charla que tuvimos, me preguntó por mi sobrino . Sinceramente me sorprendió y lo que respondí fue de corazón. Pero ‘El Narrador de Cuentos’, como le digo, dijo que quería tenernos a mí y ‘Jeffry’ juntos para su cumpleaños que fue el pasado 31 de agosto. “Tener a los dos y que me den un abrazo, sería el hombre más feliz del mundo”, me comentó.


El último sábado 28, Guizasola hizo una reunión muy íntima por su onomástico número 37 en su querido Puente Piedra. A la reunión asistí con mi corazón Charlene. Fue una charla muy inspiradora en la que recordamos miles de anécdotas de buenos y malos momentos que hemos vivido en el fútbol.

‘CUCURUCHO’, MÁS QUE HAYIMI

Teníamos tantos secretos como ‘Kevin’ y ‘Paul’, pero como ya pasó el tiempo no hubo ‘paltas’ en contarlos. La presencia de mi sobrino Jefferson no fue posible, ya que estaba concentrado con Alianza Lima para jugar al día siguiente con la César Vallejo.

Sobre las 10 de la noche, grabamos un video para que quede como constancia de mi presencia y parte de nuestras bromas y ‘Cucurucho’ se estrenó de ‘Nostradamus’. Resultó más efectivo que Hayimi o Reinaldo Dos Santos: “Mi hermano Jefferson Farfán no ha podido venir, porque está concentrado, mañana jugará y hará un gol que me lo dedicará por mi cumpleaños”, dijo Guizasola.

Las imágenes están allí en mis redes sociales y todo es verdad. Esa predicción se cumplió.

El domingo ‘Jeffry’, volvió a jugar después de buen tiempo, su lesión quedó en el pasado y a pesar de estar unos minutos en la cancha le dio el triunfo a su equipo. Al otro día, ‘El Narrador de cuentos’ me llamó para hacerme recordar su vaticinio.

Pero aquel sábado fue de momentos gratos. Como dice Jaime Bayly, fue una noche virgen. La pasamos de maravilla, al ritmo de buena música de nuestra época. Sonó el gran Héctor Lavoe, Rubén Blades, con ‘Camaleón’, Hey Hey Camagüey, música brasileña, también algo de reguetón y temas de los 80 como ‘El último tren a Londres’, una canción del grupo musical británico Electric Light Orchestra. Solo para conocedores.

Entre su trago jamaiquino y una cervecita hicimos un brindis y en un momento nos invadió la nostalgia. Comenzamos a relatar cada instante sobre nuestros años vividos en el Juan Aurich, que acaba de cumplir 99 años.

LA LOCURA QUE HICIMOS POR JEFFERSON

En eso, recordamos una locura sacada de una película. Cuando mi sobrino Jefferson Farfán venía de vacaciones a Lima siempre nos juntábamos. Se hacía una reunión y nadie de nosotros faltaba.

Una vez jugábamos un domingo por la tarde en el estadio ‘Elías Aguirre’. Nos llamó mi sobrino. No podíamos decirle que no. ¿Qué hicimos? Agarramos el último vuelo de la noche para salir de Chiclayo a Lima, estar unas 5 horas en su casa y el lunes chapamos el primer vuelo de regreso a la ‘Capital de la amistad’.

Estuvimos en el entrenamiento a primera hora, como responsables que somos. Literal: del avión al entrenamiento. Fuimos los primeros en llegar al entrenamiento. Fue un reto y lo hicimos. Una, que el cuerpo soportaba, estábamos con buenas ‘llantas’. Hacer eso ahora sería un atentado a nuestro cuerpo. Pero fueron etapas de locura. Y así pasamos el cumple de mi hermano, mi sangre. Porque nada es mejor que estar con la familia. Y por supuesto recordar esos ‘Años Maravillosos’.

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