Divertido, respondón y luchador. César Ccahuantico ganó dos torneos internacionales con Cienciano, pero más allá de vueltas olímpicas, nadie puede dudar de que es el jugador más querido del ‘ombligo del mundo’.
César, ¿tú o Diego Simeone?
Él ha declarado que ni sabe por qué lo llaman ‘Cholo’, en cambio lo mío es por mi sangre.
Entonces defínete...
Soy el último Inca, acá se acabó la dinastía.
¿Alguien te quiso agarrar de punto por venir de la sierra?
Cuando jugaba en la selección, Nolberto Solano armó una parrillada en su casa y contrató un chef argentino para que prepare el asado.
¿Qué pasó?
John Galliquio se me acercó y me dijo: ‘Tranquilo, por fin vas a conocer carne’.
¿Qué le respondiste?
Para tu información ‘zambito’, yo en mi tierra tengo 100 cabezas de ganado y miles de carneros. El día que no hay plata, comemos esto.
¿Lo dejaste calladito?
Después vino ‘Ñol’ y me bromeó: ‘Cuidado te mueras de la impresión’. Luego, le contesté: ‘Me sorprenderías si me traes un cuy al horno con papas’. Y no sé cómo hizo, pero a la hora llegó el plato.
¿De chibolo mirabas turistas?
Una vez conocí a una estadounidense y nos fuimos a comer a un restaurante de la Plaza de Armas.
¿‘Campeonaste’?
Ni bien llegamos, como era famoso, me ubicaron en una mesa del centro y el grupo que tocaba me dedicó una canción y anunció ‘acaba de llegar el Brad Pitt cusqueño’ y todos aplaudieron.
Todo perfecto...
Seguía feliz, pedimos espaguetis y cuando ya íbamos a comer entró mi enamorada y me tiró el plato por la cabeza.
¿Por qué nunca jugaste en un club grande de la capital?
Me buscaron todos, pero Juvenal Silva me hizo una jugada.
¿Cuál?
Debuté ante Gremio en una Libertadores, jugué muy bien y, cuando llegamos al Cusco, el presidente me hizo firmar mi contrato con un buen sueldo. Todo emocionado, no miré nada y puse mi rúbrica.
¿Había algo raro?
No me di cuenta de que era un contrato por siete años.
¿Nunca le pediste que te deje ir?
Sí y siempre era la misma excusa: ‘Tú has firmado de por vida, el pueblo te quiere, si te dejo ir se levanta contra mí toda la ciudad’.
¿Hay ‘partidores’ en el fútbol?
El plantel que ganó la Sudamericana era ganador, pero en todo grupo siempre existe un ‘diablo’.
¿Por qué lo dices?
Uno, que hasta ahora se muestra como un señor correcto, ejemplo para muchos, se metía con la mujer de un compañero. Es triste decirlo, pero es la verdad.
Dame su nombre...
Es muy delicado hermano, déjalo ahí.
Estuviste preso, ¿cómo te recibieron los reos?
Desde que llegué me dieron la bienvenida, que esté tranquilo, que no me iba a pasar nada.
¿Cómo eran tus días?
Me dediqué a realizar campeonatos de fútbol, invitar compañeros para hacer duelos de exhibición y terminé de delegado general del penal.
¿Te querían?
Tanto cariño me dieron, que el día que recobré mi libertad empezaron a cantar: ‘El ‘Cholo’ no se va, no se vaaaa…’.
¿Lloraste?
Les respondí: ‘Fuera m..., yo quiero estar en la calle’, ja, ja, ja.
¿A qué estás dedicado?
Tengo mis academias para niños, trabajo dando clínicas deportivas a municipios del departamento, hago periodismo en una radio, comenté toda la Segunda División para Best Cable y dirijo al Club Social Abancay en la liga cusqueña.
Haces de todo...
Y me falta un año para recibirme de abogado, especializado en temas penales.
¿Estás aburrido?
Ya quiero salir, ya pasé mucho tiempo encerrado, ja, ja, ja.
Gracias por estas buenas historias...
A ustedes por acordarse de mí, aunque de vez en cuando leo mis ‘reportajes’ en ‘El Bombardero’, ja, ja, ja. Un millón de abrazos a los lectores.