Carlos Zambrano se alista a un nuevo reto: forjar nuevos talentos en su academia, en el Callao. (Fotos: Trome)
Carlos Zambrano y sus nuevos retos para el 2016 - 1

“La posición de central es para los vagos…”. era un chico de 13 años y no deseaba ser defensa. Cerraba sus ojos y se veía como delantero, rompiendo redes, festejando con las tribunas y, por qué no, dedicando sus conquistas a alguna fan.

Empezaba a soñar con su carrera de futbolista. El destino le tenía preparado otro camino. En el 2005 jugó el Mundial Sub-17 como zaguero de la blanquirroja, a fines de ese año Schalke de Alemania lo llevó a sus filas en esa posición y hoy es considerado por varios entrenadores del mundo como uno de los mejores en su puesto.

“A los 13 años, el profesor ‘Cachetada’ Solís me llevaba en su auto a entrenar con la Academia Cantolao. Recuerdo que en la pretemporada nos hacía subir los cerros de Pachacútec, que en esa época no estaba como ahora, teníamos que llevar nuestras botellitas de agua, era tan complicado que por dentro creo que hasta le mentaba la madre al profe’, ja, ja, ja. Pero eso sirvió de mucho con el transcurrir de los partidos. Pensaba que al ser un defensa iba a estar parado en la cancha. Él era el entrenador y yo tenía que hacerle caso. Después me di cuenta que tenía que marcar a delanteros veloces, que me complicaban el trabajo y empezó a gustarme la posición”, recuerda el ‘León’ Carlos Zambrano.

“Lloraba cuando empataba y cuando perdía quería trompearse con todo el mundo, ni a su viejo lo conocía, ja, ja, ja. Solo cuando ganaba se iba contento a casa. Desde pequeño noté que tenía carácter, ascendencia sobre el grupo y supe que iba a llegar lejos. En el fútbol hay dos clases de jugadores: el agresivo que siempre quiere ganar y el pasivo que solo juega por divertirse. Carlos es de los primeros”, expresó su entrenador de infantiles.

EL VALOR DE UNA PROMESA

Ni el tiempo ni la distancia hicieron olvidar una promesa que Carlos Zambrano le hizo como jugando al técnico que lo formó profesionalmente. “Siempre que iba en el auto del profe, lo hacía trizas. ‘Este carro ya está viejo, ya cambie esto o lo otro… Cuando sea grande te voy a comprar tu carro para que no andes en esta carcacha’, le decía. Yo tenía 13 años y él se reía, me agarraba la cabeza”, comenta el ‘Kaiser’ y hace dos años sorprendió a su entrenador con un auto rojo en la puerta de su casa.

Y en estos días, donde la Fiorentina de Italia está dispuesta a ofrecerle un mayor sueldo para llevarlo a sus filas, el chalaco recuerda otra promesa. “Le di mi palabra al técnico del Frankfurt de continuar en el equipo y así venga el Real Madrid o quien sea con la plata que sea, me voy a quedar en Alemania hasta final de la temporada. Sería cobarde irme y dejar a mis compañeros en la posición incómoda en la que estamos”, apuntó Carlos Zambrano.

SU OBSESIÓN, LA SELECCIÓN

Tener la rojiblanca en el pecho siempre ha sido la debilidad de Zambrano. Se desesperaba por llegar a la selección y en el 2005 se le dio la oportunidad.

“Era uno de los mejores centrales de su edad y no lo convocaban. Todas las semanas me tenía podrido: ‘Profe’ juego bien y no me llaman. Los técnicos argentinos (Pavoni y Picerni) llegaron a verlo un día, me preguntaron quién debería estar en la selección Sub 17 y les dije: ‘Ese central de allí va a llegar lejos, es categoría 89’. Ah, pero le falta un año me respondieron el equipo que estamos armando es del 88, además es muy delgado para el puesto. Pero eso no tiene nada que ver les dije. Yo debuté a los 16 años en la profesional y era tan flaco como él. A la siguiente semana, Carlos se jugó otro partidazo y tampoco lo llamaron. Pasaron los días y sonó mi teléfono. ‘Profesor, se ha lesionado Peixoto, necesitamos un back…’. Zambrano fue, la rompió y luego los argentinos quisieron ser sus empresarios”, contó el profesor Solís.

“Mi sueño es jugar un Mundial con la selección mayor. Ya estoy recuperado y pensar en Venezuela para encaminarnos en las Eliminatorias y luego Uruguay donde enfrentaré a Luis Suárez, un delantero que se mueve mucho y es de los mejores”, señaló el ‘León’.

SUEÑO DE NIÑOS

“Sueña el rey que es rey… Sueña el rico en su riqueza… Sueña el pobre que padece… Toda la vida es un sueño…”, dice el escritor español Pedro Calderón de la Barca. Ahora, Carlos Zambrano ha decidido hacer realidad la ilusión de muchos pequeños. El profesor y el alumno descubrirán a los nuevos ‘leones’. “Desde enero trabajaremos en la cancha ‘Gualberto Lizárraga’. Hay muchos que dejan su talento en las pistas y no tienen los medios para pagar una academia, nosotros apuntaremos a ellos, los potenciaremos y los sacaremos del ambiente donde viven para que no se contaminen. El profe Solís formará a los mejores en cada puesto y cada vez que venga a Lima iré a motivar a los pequeños”, anuncia Zambrano, que empezará un nuevo proyecto en su carrera junto a su mentor para que los niños con talento y escasos recursos dejen de soñar, hagan realidad sus deseos de ser futbolistas y sean las nuevas ‘fieras’ de una futura selección.

“La posición de central es para los vagos…”. era un chico de 13 años y no deseaba ser defensa. Cerraba sus ojos y se veía como delantero, rompiendo redes, festejando con las tribunas y, por qué no, dedicando sus conquistas a alguna fan.

Empezaba a soñar con su carrera de futbolista. El destino le tenía preparado otro camino. En el 2005 jugó el Mundial Sub-17 como zaguero de la blanquirroja, a fines de ese año Schalke de Alemania lo llevó a sus filas en esa posición y hoy es considerado por varios entrenadores del mundo como uno de los mejores en su puesto.

“A los 13 años, el profesor ‘Cachetada’ Solís me llevaba en su auto a entrenar con la Academia Cantolao. Recuerdo que en la pretemporada nos hacía subir los cerros de Pachacútec, que en esa época no estaba como ahora, teníamos que llevar nuestras botellitas de agua, era tan complicado que por dentro creo que hasta le mentaba la madre al profe’, ja, ja, ja. Pero eso sirvió de mucho con el transcurrir de los partidos. Pensaba que al ser un defensa iba a estar parado en la cancha. Él era el entrenador y yo tenía que hacerle caso. Después me di cuenta que tenía que marcar a delanteros veloces, que me complicaban el trabajo y empezó a gustarme la posición”, recuerda el ‘León’ Carlos Zambrano.

“Lloraba cuando empataba y cuando perdía quería trompearse con todo el mundo, ni a su viejo lo conocía, ja, ja, ja. Solo cuando ganaba se iba contento a casa. Desde pequeño noté que tenía carácter, ascendencia sobre el grupo y supe que iba a llegar lejos. En el fútbol hay dos clases de jugadores: el agresivo que siempre quiere ganar y el pasivo que solo juega por divertirse. Carlos es de los primeros”, expresó su entrenador de infantiles.

EL VALOR DE UNA PROMESA

Ni el tiempo ni la distancia hicieron olvidar una promesa que Carlos Zambrano le hizo como jugando al técnico que lo formó profesionalmente. “Siempre que iba en el auto del profe, lo hacía trizas. ‘Este carro ya está viejo, ya cambie esto o lo otro… Cuando sea grande te voy a comprar tu carro para que no andes en esta carcacha’, le decía. Yo tenía 13 años y él se reía, me agarraba la cabeza”, comenta el ‘Kaiser’ y hace dos años sorprendió a su entrenador con un auto rojo en la puerta de su casa.

Y en estos días, donde la Fiorentina de Italia está dispuesta a ofrecerle un mayor sueldo para llevarlo a sus filas, el chalaco recuerda otra promesa. “Le di mi palabra al técnico del Frankfurt de continuar en el equipo y así venga el Real Madrid o quien sea con la plata que sea, me voy a quedar en Alemania hasta final de la temporada. Sería cobarde irme y dejar a mis compañeros en la posición incómoda en la que estamos”, apuntó Carlos Zambrano.

SU OBSESIÓN, LA SELECCIÓN

Tener la rojiblanca en el pecho siempre ha sido la debilidad de Zambrano. Se desesperaba por llegar a la selección y en el 2005 se le dio la oportunidad.

“Era uno de los mejores centrales de su edad y no lo convocaban. Todas las semanas me tenía podrido: ‘Profe’ juego bien y no me llaman. Los técnicos argentinos (Pavoni y Picerni) llegaron a verlo un día, me preguntaron quién debería estar en la selección Sub 17 y les dije: ‘Ese central de allí va a llegar lejos, es categoría 89’. Ah, pero le falta un año me respondieron el equipo que estamos armando es del 88, además es muy delgado para el puesto. Pero eso no tiene nada que ver les dije. Yo debuté a los 16 años en la profesional y era tan flaco como él. A la siguiente semana, Carlos se jugó otro partidazo y tampoco lo llamaron. Pasaron los días y sonó mi teléfono. ‘Profesor, se ha lesionado Peixoto, necesitamos un back…’. Zambrano fue, la rompió y luego los argentinos quisieron ser sus empresarios”, contó el profesor Solís.

“Mi sueño es jugar un Mundial con la selección mayor. Ya estoy recuperado y pensar en Venezuela para encaminarnos en las Eliminatorias y luego Uruguay donde enfrentaré a Luis Suárez, un delantero que se mueve mucho y es de los mejores”, señaló el ‘León’.

SUEÑO DE NIÑOS

“Sueña el rey que es rey… Sueña el rico en su riqueza… Sueña el pobre que padece… Toda la vida es un sueño…”, dice el escritor español Pedro Calderón de la Barca. Ahora, Carlos Zambrano ha decidido hacer realidad la ilusión de muchos pequeños. El profesor y el alumno descubrirán a los nuevos ‘leones’. “Desde enero trabajaremos en la cancha ‘Gualberto Lizárraga’. Hay muchos que dejan su talento en las pistas y no tienen los medios para pagar una academia, nosotros apuntaremos a ellos, los potenciaremos y los sacaremos del ambiente donde viven para que no se contaminen. El profe Solís formará a los mejores en cada puesto y cada vez que venga a Lima iré a motivar a los pequeños”, anuncia Zambrano, que empezará un nuevo proyecto en su carrera junto a su mentor para que los niños con talento y escasos recursos dejen de soñar, hagan realidad sus deseos de ser futbolistas y sean las nuevas ‘fieras’ de una futura selección.

tags relacionadas

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC