POR: ‘MISTER CHIPI’
La ‘labia’, ‘floro’, ‘verso’, siempre es fundamental para conquistar a una chica. Hacerlas reír y un buen tema de conversación, te limpian el camino. ‘Cacharreros’ o ‘chancaditos’. Billetones o misios. Flaquitos o gorditos. Todos apelan a la ‘simpatía y carisma’. Puedes impactar a primera vista, pero si falta sazón a la ‘orejita’, pierdes.
En 1995, Roberto Martínez era capitán e ídolo de Universitario y Gisela Valcárcel, la conductora más exitosa de la televisión. Ambos habían protagonizado, hace unos meses, la ‘boda del año’. “En mi programa estará Alejandra Guzmán. Después, ella quiere conocer la noche limeña. A ver a quién invitas para salir en pareja. Mira que es una estrella de la música”, le dijo su guapa esposa al volante crema. Por esos tiempos, ‘Ale’, con 27 añitos, la rompía en el mundo artístico con temas como: ‘Hacer el amor con otro’, ‘Mírala, míralo’, ‘Yo te esperaba’, ‘Reina de corazones’, ‘Eternamente bella’ y muchos más.
Durante el camino hacia los entrenamientos, ‘Robert’ pensaba en el acompañante ideal. Requisitos principales: pintón y soltero. La cantante mexicana era famosa y si eran ‘ampayados’, podía causar un divorcio. En el plantel de la ‘U’, el universo se redujo. Cuando llegó al ‘Lolo Fernández’ le comentó a su ‘compadre’ José Carranza su inquietud. “Llévate a ‘Camioneta’ Olivares, es el más ‘arreglado’ y además buen muchacho”, aconsejó el ‘Puma’. La práctica terminó, Martínez se acercó a Juan Manuel y le ‘ordenó’ que debía acompañarlo en la ‘salidita’. El zaguero, con 21 años, había llegado a la ‘U’ y le fue imposible negarse.
El ‘point’ fue una discoteca de moda en San Isidro. Minutos después de las 10 de la noche, aparecieron Gisela, Roberto y Alejandra. Olivares brillaba por su ausencia. Después de un par de brindis apareció tímido y silencioso. ‘Ale’ lo vio y quedó impactada. ‘Gise’ guiñó un ojo a su esposo y le susurró: “Elegiste bien, le gustó a Alejandra”.
Después de varios minutos y bebidas, Martínez notó muy callado a su compañero. Todo ‘canchero’ buscó ‘romper el hielo’ y empezó a bromear con la parejita. Bailaban, tomaban, reían. Olivares no despertaba. El capitán y el defensa fueron a los servicios higiénicos. Allí lo destrabó: “Oye hue... la chica está buenísima y le gustas, dice que no le hablas... ¡Qué esperas para entrar con todo! Si estuviera soltero, hace rato me la llevaba. Haz tu chamba, para eso te traje”.
Juan Manuel sintió la ‘carajeada’, salió envalentonado y empezó a hablarle a la cantante. Cuando parecía todo encaminado a una noche histórica, ‘Ale’ perdió la chispa. Gisela preguntó qué le pasaba. La mexicana solo le dijo que quería ir a descansar a su hotel. ‘Robert’ miró extrañado a ‘Camioneta’: “¿Qué le dijiste? Si estaba lista para que te la lleves...”. El capitán mandó a su compañero a comprar y antes de retirarse, Alejandra contó lo sucedido: “El chico es guapo, sano, deportista, pero ¿sabes lo que me preguntó? Si conocía al ‘Chavo del 8’. Eso me mató”.
Los esposos sonrieron sorprendidos y la cantante se fue de la discoteca. Lo que al principio era un acierto, se convirtió en un error. Martínez había escogido a un ‘pintón’ y soltero como acompañante, pero olvidó el requisito más importante: carisma y buen verso. Esa noche, ‘Camioneta’ terminó ‘estrellado’.