POR: FERNANDO ‘VOCHA’ DÁVILA
La pelota está detenida, el silbato ha dejado de sonar, pero tanto el futbolista como los árbitros siguen esperando que todo empiece de nuevo, y para ello hay que estar preparados. Luis Seminario es un juez de Primera, pero llegó a ese nivel después de transitar por campos y lugares inhóspitos. Recibió ataques y hasta ‘piropos’. Así empieza la historia del silbato hecho persona.
Planificamos el partido.
Estudiamos a ambos equipos que se van a enfrentar. Los últimos encuentros que han tenido, si atacan con todo los primeros minutos, cómo les gusta enfriar el juego.
Le da más justicia al juego.
Final de la Liga de Primera en Dulanto. El equipo local frente a uno de La Perla.
Entraron 22 jugadores y, al verlos, parecía que era la selección de Sarita Colonia enfrentando a la de Lurigancho.
Los jugadores tenían cortes en la cara y los brazos.
En Andahuaylas casi me matan. El local Santa Rosa, un cuadro de policías, enfrentaba a Sport Áncash, que le había ganado 2-1 en el primer compromiso.
Me estaba cambiando, tocaron la puerta del vestuario y un comandante me advierte: ‘Profe, que gane el local, que si perdemos nos matan a todos’.
Entro a la cancha y la gente me gritaba: ‘Si perdemos, te vas en una bolsa negra’.
Empataron, las tribunas se querían venir abajo a golpear a todos, lanzaron bombas lacrimógenas.
Entre todo ese escándalo, un jugador visitante empezó a convulsionar, la ambulancia entró a auxiliarlo y allí todo mi equipo se subió, para al menos poder llegar a nuestro vestuario.
Recién a las 8 de la noche pudimos salir y resguardados.
Si me dice ‘Pato’, no es falta. Le explico, pero si viene insolente es cuando lo aclaro: ‘Acá soy señor Seminario, porque a usted lo trato con respeto’.
Me tocó dirigir a Cobresol frente a Juan Aurich y, finalizado el partido, se vino Diego Penny a reclamarme de mala manera y le saqué la tarjeta roja.
Ahí quedó, pero de regreso a Lima la delegación del ‘Ciclón’ volvía en el mismo avión que el mío.
Me senté y a él le tocó a mi lado.
Normalmente, cuando pasa todo y lo expulsaste, luego van al camarín y te dicen: ‘Pato’, no me pongas tantas fechas’.
Yo no pongo el castigo, yo informo. La Comisión de Justicia dirá cuántos partidos quedas fuera.
Luis Guadalupe. Cuando salía dominando pelota de su área, lo miraba y le decía: ‘Pareces Marcel Desailly’ y nos reíamos ambos.
Lo llamo a un costado, no le grito y le advierto: ‘Tu contrato depende de este partido’.
Uff, por teléfono, que tienen un regalo para mí, que llegando a la ciudad me espera un presente.
Se acabó la educación y le respondo como debe ser.
Era juez de línea en la liga de Lurín y una chica gritó: ‘Si no levantas la banderita, soy tuya toda la noche’.
El día que Raúl Ruidíaz hizo gol a Brasil en la Copa América de Estados Unidos 2016, ella gritó fuerte, le dije que era mano, me acusó de antiperuano y cuando se dio cuenta de que tenía razón, me dijo: ‘Eres muy sano para el fútbol’, ja, ja, ja.
A ustedes y a cuidarse, que esta cuarentena tiene que pasar y depende de nosotros.
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