Los años se amontonan como hojas que van cayendo de un árbol y el chico ya va dejando la base dos y entrando a la tres. ayer cumplió 26 años. El delantero de estuvo alerta a los clásicos huevazos y harina que suelen tirar los compañeros, pero todo cambió en un instante.

A mitad de entrenamiento, un grupo de niños de las canteras de Alianza Lima apareció con una torta y se la entregaron. El más pequeño tomó la palabra: “Esperamos que la pases muy bien, tenemos un buen concepto tuyo y eres un buen jugador”, expresó.

Luego Reimond Manco peloteó con los pequeños y se tomó una foto como señal de agradecimiento.

Después, Reimond Manco sonrió cuando Johnnier Montaño le pasó parte de la crema del dulce por el rostro e hizo lo mismo con Josimar Atoche. No fue necesario adivinar que su deseo era volver a ser titular.

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