Tiene ese caminar tan propio de los nacidos en el puerto. Cada paso que da parece que estuviera a punto de bailar. Con esa sonrisa que nunca lo abandona y las manos siempre dentro del gabán. Abel Lobatón fue un delantero salido de las entrañas del Callao, siempre se identificó con su querido Sport Boys y ahora es entrenador. Listo para plasmar toda su sapiencia adquirida en distintos clubes. Este ‘Murciélago’ revolotea de día y tiene mucho ‘swing’ en la sangre.
Nací en la cuadra 2 de Colón, imposible no ser rosado.
El que llega allí y no pide pan con chicharrón y jugo, mejor que no vaya.
Sin duda, el que vendían en jirón Cusco.
El ’10 de la calle’, o sea Carlos ‘Kukín’ Flores.
Hizo lo que quiso, jugó como le dio la gana y siempre fue el mejor.
Cuando estaba con la ‘rosada’ nadie decía vamos al estadio a ver a Sport Boys, la gente comentaba: “Hay que ver a ‘Kukín’”.
En Juan Aurich. Me decía: “Tú pica que la pelota te va a llegar a los pies”. El bravo cumplía.
El calor humano que siempre tiene un vestuario.
En otro camarín llegas y la gente entra y habla de los premios, de cuándo pagan y cosas así.
Preguntan: “¿Cuál es la última?”.
Intenso, no especulo.
Jorge Sampaoli me dijo: “El rival siempre se va a dar cuenta si tienes miedo”.
Atácalo.
A principio el técnico, después ellos.
Es mi equipo, donde me inicié y soy hincha. Donde quieran tenerme y pueda ayudar, estoy preparado.
No me tiembla la mano si debo sacar a alguien.
Disciplina, entrega en el trabajo y profesionalismo.
Sí. A la hora del trato, tanto a varones como damas, les hablo y exijo igual.
Dar tres saltitos antes de entrar al campo y persignarme.
Muchísimo y el fútbol los puede ayudar a ellos y a la sociedad.
Si me llaman cuando salga esta entrevista, encantado de aportar a mi equipo.
A ustedes y a sus lectores decirles que se cuiden, que la pandemia no ha terminado.
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