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vuelve a sorprender en este 2020 con el lanzamiento de su noveno álbum de estudio, “evermore”, que sigue la línea y ese aire íntimo y más personal con el que la cantante americana dejó con la boca abierta al mundo hace menos de cinco meses a través del aplaudido “folklore”.

2020 se ha convertido en el año de los descubrimientos. A todos los niveles. Muchos han desarrollado habilidades que les eran desconocidas, otros han utilizado el tiempo en soledad para encontrarse a sí mismos y algunos, además de todo eso, no han podido “dejar de escribir”.

Este es el caso de la cantante americana Taylor Swift, quien ha convertido 2020 en el año más prolífico y productivo de su carrera, sacando al mercado dos álbumes en mayúsculas escritos, paradójicamente, en minúsculas: “folklore” y “evermore”.

Dio la sorpresa en el mes de julio con el íntimo “folklore”, un despliegue de introspección y una demostración de su capacidad para escribir y para generar una atmósfera íntima e irrepetible a través, únicamente, de su voz y una guitarra.

Atrás queda la etapa adolescente (recordemos que Taylor comenzó su carrera con 14 años) vinculada al country, así como la fase de explosión en la que el pop que llenaba estadios se convertía en dueño de una Swift a la que, quizás, no le era posible desarrollar esa vena intimista, más personal y profunda que ahora muestra.

Comenzó el año con el lanzamiento de “Miss Americana” en Netflix, un documental en el que ya pudimos ver que aquella joven de Pensilvania sufría por no lograr nominaciones en algunos de los premios más importantes de la música y que sentía la presión mediática de ser aquella artista pop perfecta -física y musicalmente-.

Ese fue el punto de partida, sin embargo, que nos permitió conocer a una Taylor que, a raíz de todos aquellos difíciles momentos, era capaz de dar un paso adelante y luchar por sus ideales (incluso políticos) y, como diría ella misma, “stand up for herself”, no dejarse pisotear y defender sus principios, que diríamos nosotros.

El siguiente paso fue culminar su relación con la discográfica Sony Music, con la que había trabajado desde el inicio de su carrera, para aliarse con Universal Music Publishing Group (UMPG). La propia cantante hacía pública la noticia a inicios de febrero y dejaba atrás un 2019 en el que los problemas legales con su sello musical, poseedor de sus antiguas grabaciones, parecían convertirse en cosa del pasado.

De esta forma, con aires renovados y liberada de aquella pesadilla legal, Taylor Swift aprovechó el confinamiento por la covid-19 para crear, explorar y sacarse de la manga (y de la guitarra) los 17 temas que componen “folklore”.

Un álbum con el que primero sorprendió y luego maravilló a sus fans y a la crítica, algo que ha quedado patente con sus cinco nominaciones a los Premios Grammy 2021, convirtiéndose, junto a Dua Lipa y Beyoncé, en una de las favoritas de la edición.

Menos de cinco meses después de “folklore”, la americana sorprende de nuevo con “evermore” y 15 nuevos temas -que serán 17 en la edición física “deluxe”- y una nueva demostración de que a esta chica el año de su 31 aniversario – el que reconoce que es su número favorito- y aquello de estar encerrada componiendo su propia música le ha sentado de maravilla.

Un álbum, “hermano de ‘folklore’” dice la cantante, en el que ha contado nuevamente con el apoyo de Aaron Dessner (miembro de The National), Jack Antonoff, Bon Iver (con el que además interpreta “evermore”, tema que cierra el disco) y William Bowery, pseudónimo de su actual pareja, el actor británico Joe Alwyn.

Con aire desenfadado, el pelo alborotado y un look totalmente alejado de aquella perfecta diva del pop que veíamos en “1989” o “Fearless”, Swift presenta un álbum que apetece paladear y que te transporta a esa idílica cabaña de madera -que ya vimos en “folklore”- en la que a uno no le importaría pasar más de una tarde de lluvia resguardado en el sofá frente al calor de una chimenea.

Esa misma sensación ofrece “willow”, el sencillo con el que Swift arranca en “evermore” y del que esta misma madrugada también ha lanzado su videoclip, el cual ya alcanza los tres millones de visualizaciones sólo seis horas después de ver la luz.

Junto a “willow”, completan el álbum “champagne problems”, “gold rush”, “‘tis the damn season”, “tolerate it”, “no body, no crime” (con HAIM), “happiness”, “dorothea”, “coney island” (junto a The National), “ivy”, “cowboy like me”, “long story short”, “marjorie”, “closure” y “evermore” con Bon Iver.

A ellas se unirán, en la edición física, “right where you left me” y “it’s time to go” para completar un álbum de 17 temas que muestran a una cantante que apuesta por la letra minúscula en sus letras para lograr un éxito en mayúsculas.

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