Selena Gomez pasó un momento crítico el año pasado, cuando su salud y su vida estaban en peligro. El lupus que aqueja a la cantante desde hace varios años había avanzado y perjudicaba sus riñones, por lo que necesitaba un nuevo órgano.
Selena Gomez necesitaba con urgencia un trasplante, de lo contrario perdería la vida. Sin embargo, la lista de espera para conseguir un riñón podía demorar hasta 10 años. Evidentemente, la cantante estaba desesperada.
Así la encontró Francia Raisa, su mejor amiga y compañera de casa. Ella vio llegar a Selena Gomez un día, completamente destrozada. "La pobre no podía abrir ni la botella de agua", aseguró Raisa en una entrevista.
Fue en ese momento en que decidió encararla y preguntarle qué le pasaba. Selena Gomez le contó su crítica situación y ella, sin pensarlo dos veces, decidió hacerse las pruebas para ver si podía ser una donante.
Afortunadamente, lo era. Así, decidió donarle uno de sus riñones a Selena Gomez y salvarle la vida. Todo estaba bien hasta que llegó el momento de la recuperación. Su drama comenzó. Selena, cuyo cuerpo había esperado el riñón por tanto tiempo, se recuperó rápidamente y volvió a sus actividades sin problemas.
Sin embargo, a Francia Raisa le tomó mucho más tiempo. "Sólo podía hablar. No podía levantarme ni caminar, es muy duro ser donante porque estás perdiendo algo sano que tu cuerpo no necesita perder en absoluto.” Además, su constante actividad hacía más difícil estar en cama.“Me levanto, me tomo mi café y salgo a andar con mi perro, el no poder hacerlo durante meses fue horrible", confesó la amiga de Selena Gómez.
Afortunadamente, luego de mucha paciencia y apoyo de su amiga, Selena Gomez, Francia Raisa pudo volver a sus actividades cotidianas y ahora se encuentra protagonizando una nueva serie. Las amigas continúan siendo cercanas y su vínculo ahora es mucho más grande que antes.
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