A pesar de que “Yo soy Betty, la fea” se estrenó en octubre de 1999, quienes vieron la telenovela colombiana que narraba la historia de Beatriz Pinzón y Armando Mendoza quedaron tan impactados que hasta ahora, más de 20 años después, continúan recordándola con nostalgia. Y no es para menos, pues debido al éxito que tuvo fue transmitida en más de 180 países y traducida en diversos idiomas.
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Crear el personaje de Beatriz Pinzón, una muchacha muy inteligente, pero poco agraciada, no fue sencillo, pues transformar a Ana María Orozco en la protagonista demandaba bastante tiempo; además, de peinarla y maquillarla, se tenía que hacer de ella alguien único, por lo que buscar unos brackets y la vestimenta que menos la favorecía, la hacían lucir espectacular para la novela.
Sin embargo, se reveló que el aspecto físico de la economista iba a ser distinto al que ya conocemos, ya que aparte de destacar que no era una mujer simpática, el guionista Fernando Gaitán tenía pensado añadirle unos kilos demás al personaje de Betty. Es así que ella iba a ser una mujer con sobrepeso, publicó Publimetro México.
La idea original del creador de la telenovela era que Beatriz, al momento de cambiar su imagen, también iba a someterse a una liposucción para esculpir su figura, algo en lo que estuvieron en total desacuerdo Orozco y la maquilladora de la producción Rossio López, por lo que hablaron con Gaitán.
“[Betty iba] a ser, además, gorda, y la idea era que después encontrara la belleza porque se hacía una liposucción. Nos opusimos a esta idea porque ella era, ante todo, una mujer inteligente y sus cambios debían venir de adentro”, reveló la directora de vestuario de “Yo soy Betty, la fea”, Rosita Cabal.
Contó que ella con la maquilladora preferían que si esa era la idea final, lo que proponían no era una intervención, sino someterla a una dieta estricta en la trama.
Cabal también señaló que añadirle kilos de más a la protagonista implicaba ponerle más ropa a Ana María Orozco, haciéndola sentir incómoda para trabajar, pues iba a sofocarse. Como la idea no prosperó, se continuó con el personaje sin gracia físicamente que todos vimos en la pantalla.