El escritor Paulo Coelho respondió con buen humor a vídeos que circulan en las redes sociales y en los que se ve a seguidores del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, echando algunos de sus libros al fuego. “Primero los compraron”, escribió.
Los vídeos de personas que queman los libros del autor de “El Alquimista”, publicado en 1988 y del que se han vendido más de 150 millones de copias en 70 idiomas, proliferaron en los últimos días entre los seguidores del líder de la ultraderecha brasileña.
En casi todos, se acusa a Coelho de “comunista”, “socialista” y “antipatriota”, se le pide que vaya a vivir “a Cuba o Venezuela”, y se condena su crítica postura frente a las políticas de Bolsonaro, en particular respecto al medio ambiente y la Amazonía, denunciadas por ecologistas y que preocupan a otros países y empresas globales.
En respuesta a uno de esos videos, en los que sus libros arden, y a comentarios en los que se insinúa que los seguidores de Bolsonaro lo empobrecerán, Coelho usó la ironía: “Primero compraron, después quemaron”, escribió en su perfil en Twitter.
También comentó el pequeño bigote usado por una de las personas que lanzaba sus libros al fuego. “Y el bigotito en la cara no deja esconder el origen de la idea”, indicó.
Para dejar más claro su mensaje, apuntó: “La quema de libros se refiere a la destrucción ritual por fuego, y generalmente proviene de una oposición cultural, religiosa o política a los materiales en cuestión. La quema de libros por parte del régimen nazi el 10 de mayo de 1933 es la más famosa de la historia”.
Paulo Coelho nació en Río de Janeiro en 1947 y desde hace años vive en Ginebra, donde ha fijado su residencia.
Desde 1982, cuando fue editado “Archivos del Infierno”, su primer libro, ha publicado una veintena de títulos, entre los cuales el más exitoso ha sido “El Alquimista”, seguido de “El manuscrito hallado en Accra” (2012) y “Aleph” (2010).
En 2002 fue nombrado miembro de la Academia Brasileña de Letras y desde mediados de 2018, cuando ya se insinuaba que las elecciones de ese año serían ganadas por Bolsonaro, alerta sobre el avance de los movimientos de ultraderecha en Brasil y en el mundo.