Cuando se habla de Pamela Anderson se menciona a una personalidad extrovertida; sin embargo, parece que esta mujer no siempre fue así. Y es que, según lo informó ella misma, antes de aparecer en la revista Playboy tenía una actitud diferente de ver las cosas en al mundo artístico. Entérate de todo lo que dijo esta figura pública en la siguiente nota.
Si bien el camino de Anderson había comenzado tiempo atrás de haber entrado a la millonaria mansión de Playboy, algo cambió en ella cuando aceptó salir en distintas portadas de la revista para adultos, ya que, ha sido ella misma la que confesó haber tenido una personalidad muy diferente a la que lució años después de aparecer en el contenido para mayores de edad.
Pamela temerosa
En la última conversación que tuvo con ET Canadá, la mujer comentó que por muchos años ella mantuvo una conducta muy tímida, asegurando que incluso se avergonzaba de ella misma al cubrir su cabeza en distintas ocasiones. “Me volví dolorosamente tímida, y la timidez era algo muy debilitante. Cuando era pequeña, me cubría la cabeza con un sombrero y cerraba el agujero, así que solo podía ver esto”, empezó diciendo
“Odiaba la forma en que me veía, odiaba todo. Era muy tímido y siempre pensé que todos eran bonitos, y yo simplemente no tenía esa confianza en sí mismo”, dijo ella para detallar lo que sentía antes de elegir modelar para Playboy, asegurando que tenía problemas de autoestima.
Playboy la cambió
De esta manera, relató que, si bien la empresa la contactó en más de una oportunidad, recién aceptó cuando estuvo en Vancouver. “Luego estaba en Vancouver y Playboy se me acercó varias veces y le dije que no. Finalmente, me encontré en una situación y pensé: ‘¿Por qué no? Déjame probar esto’. Luego llegué a Los Ángeles y estaba horrorizada”, dijo.
Finalmente, comentó que sintió mucha libertad tras ver la manera en la que reconocían su trabajo. “Luego hice mi primera sesión de fotos con Playboy ... fue el primer destello cuando abrí los ojos y sentí que me estaba cayendo por un precipicio. Realmente sentí que solo estaba... permitiendo, en lugar de tratar de controlar. Y eso fue mi primera sensación de libertad. Entonces me fui a las carreras”, terminó por decir.