Siete años después de su último disco de canciones inéditas, Natalia Lafourcade hace un regalo a su público con “De todas las flores”, y con él también se agasaja a sí misma por haber logrado reencontrarse con su profundo amor por hacer música después de un “quiebre”.
La mexicana reconocida por temas como “Hasta la raíz” o “Tú si sabes quererme” detalló en una conferencia de prensa que su nuevo álbum, publicado hace poco más de una semana, nació de un momento de ruptura.
“Viene de un quiebre conmigo misma. Ahí vinieron una serie de procesos de entender muchas cosas acerca de mi vida personal y profesional, emprender un viaje. Entonces regreso a mí, es el retorno a mi propio jardín”, detalló.
Pero en este jardín no solo hay canciones y menciones al dolor del quiebre, sino que habla de muerte, de vida, de medicina, de la tierra, del amor y de muchos otros temas que atravesaron a la Natalia de los últimos años y que todavía la atraviesan.
Con canciones escritas entre 2018 y 2021, el álbum es el resultado de tratar de “encontrar la esencia de ese tiempo”.
Y esa búsqueda implicó para la veracruzana todo tipo de emociones, puesto que, confesó, cuando fue consciente de que llevaba tantos años sin publicar un disco totalmente inédito, se sintió “asustada” y “ante un abismo”.
Después recordó que tenía algunas cosas grabadas en su celular: ideas, melodías, letras. Y entre sus audios encontró lo que resultó ser después “De todas las flores” y “Vine solita”, dos canciones muy importantes en el álbum.
“(El proceso) me dio todo y qué bueno, esa es la esencia. Adán (Jodorowsky, productor del disco) decía que el arte si no es para movernos, para transformarnos, para trascender nuestras vidas, quizás no vale tanto la pena. Este disco fue todo: vida, catarsis, muerte, alegría, juego, solemne, dramático, incluso humor detrás del drama”, sentenció.
Sobre la parte de compartir con otros músicos dijo que fue “una delicia total”. Además de Jodorowsky, a quien dijo amar y admirar, también participaron otros artistas que hicieron que poco a poco aquellas ideas en su teléfono fueran tomando forma como el joven pianista Emiliano Dorantes, quien con tan solo 20 años se convirtió en “su amigo fiel”.