Muchos podrían afirmar que Efraín Aguilar es una escuela en la actuación peruana. Y no es una exageración. ‘Betito’, como lo llaman de cariño, ha sido partícipe de grandes producciones nacionales y estuvo bajo el mando de programas que hoy en día son un culto. “Risas y Salsa”, “Taxista Ra Ra”, “Mil oficios”, “Así es la vida”, “Al fondo hay sitio”, y la más reciente “De vuelta al barrio”; son solo algunas en su carta de presentación.
MÁS INFORMACIÓN: Qué pasó con “Habla barrio”, la serie que competía con “Mil oficios”
El productor de 76 años inició su carrera como parte del elenco del programa cómico “Risas y salsa” en la década de 1980, en el cual fungió también como su primer director y productor. Es aquí, donde además de conseguir hacerse de un nombre en el medio, también le ocurre algo que, en palabras del propio Aguilar, lo dejó fuera de la televisión por más de diez años.
De hecho, en una entrevista de 2019, Efraín Aguilar cuenta qué es lo que realmente pasó. El problema que casi le cuesta la carrera ocurrió durante su etapa en “Risas y Salsa”, y que afortunadamente logró superar y pudo crear exitosas series que hoy en día son parte de la historia de la televisión.
POR QUÉ EFRAÍN AGUILAR ESTUVO ONCE AÑOS FUERA DE LA TV
Como lo mencionamos, en una entrevista para El Comercio, Efraín Aguilar contó algunos detalles secretos de la producción de “Risas y Salsa”, entre ellas, la vez que tuvo una fuerte discusión con Alberto Terry, de la gerencia de producción.
“Cerca a cumplir tres años al aire, don Alberto me dice que el programa va a tener cambios, que había que poner chicas en tanga, y tuvimos una discusión muy ácida por eso”, cuenta Aguilar. “No soy cucufato, pero mi origen es un poco ortodoxo, conservador”, agregó.
“Le dije que no, me disgusté mucho, tiré con fuerza la puerta, que era de vidrio, y la rompí. Eso me costó once años fuera de la televisión”, reveló el productor peruano.
Es por ello que Aguilar está al mando del programa cómico en sus primeros años, entre 1980 y 1983. Tuvo que pasar más de una década para verlo comandar una producción nacional. En 1993, dirige “El Enchufe”, un programa humorístico de América Televisión, la competencia.
Sin embargo, en 1997, volvería a “Risas y Salsa” para dirigirla y producirla dos años más. Desde su vuelta, la fama le llegó de inmediato y encabezó programas aún más exitosos que el primero y uno con mayor acogida que el otro. Pero es con “Mil Oficios” que marcaría el ascenso, pues, además lograr altos picos de audiencia, la serie también fue cuna de grandes promesas de la actuación que hoy son una realidad.