A pesar de que “La familia Ingalls” fue estrenada hace más de cuatro décadas, esta serie de televisión, basada en las novelas de Laura Ingalls, sigue vigente en la memoria de quienes la vieron. Con el paso de los años se han revelado algunas anécdotas que se vivieron en los estudios de grabación. Una de ellas fue cómo el personaje de Laura Ingalls lograba llorar desconsoladamente durante varias escenas.
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En sus memorias “Prairie Tale”, la actriz Melissa Gilbert, quien dio vida a la pequeña, contó que algunas veces podía llorar con total facilidad; sin embargo, hubo oportunidades en que no lograba que le saliera una sola lágrima; es aquí donde entraba a tallar Michael Landon.
EL TRUCO QUE USABA LANDON
Si bien, entre ambos nació una conexión especial desde que se conocieron, el histrión que dio vida a Charles Ingalls utilizaba un truco infalible cuando ‘Laura’ no podía lloriquear. Y es que a él no se le ocurrió mejor idea que recurrir a las emociones de la menor.
“Ponerme en el lugar de Laura no funcionó. Tampoco arrastrar algún tipo de recuerdo horrible de la Mazmorra. Así que Mike me ayudó”, comenzó a narrar.
Después recordó que él la rodeaba con el brazo y la llevaba lejos del set para conversar solos. “En el tiempo que tardó en caminar de cinco a seis metros se puso a llorar, luego se volvió hacia mí y con lágrimas rodando por su rostro me dijo: ‘¿Tienes idea de cuánto te amo?’”. Tras ello, como arte de magia, empezaba a llorar, publicó el portal Cheat Sheet.
“Mi corazón se llenó de sentimientos similares y un momento después las lágrimas brotaron de mis ojos. Mike me dejó llorar por unos segundos y luego dijo, ‘¿Estás lista?’. Asentí y filmamos nuestra escena”, contó.
Si bien, lograban su cometido, Gilbert reconoce que era una “manipulación extraña’”, la cual fue utilizada muchas veces durante el rodaje. “Era una especie de forma retorcida de hacer que un niño actúe”, escribió en sus memorias.
Ella señaló que al haber sido adoptada poco después de nacer por Paul Gilbert y Barbara Crane, siempre quiso saber más sobre sus padres biológicos, y cuando falleció su padre adoptivo cuando tenía 11 años encontró en Landon esa figura paterna.
“No tengo ninguna duda de que fue terapéutico; al llorar, pude liberar algunas de mis propias emociones que mantenía reprimidas”, escribió.