Liliana Lozano: los últimos días de vida de la actriz de “Pasión de gavilanes” que fue asesinada por el narcotráfico

Colombia quedó aterrorizada al enterarse del brutal asesinato de Liliana Lozano, ocurrido el 10 de enero de 2009. La reconocida actriz y reina de belleza fue encontrada muerta a las afueras de un hotel en Pradera, Valle del Cauca. Junto a ella también se encontró el cuerpo de Fabio Vargas, el hermano menor del narcotraficante Leonidas Vargas. Ambos fueron torturados y heridos con impacto de bala. La terrible noticia ocupó las primeras planas de los medios de espectáculos, mientras sus amigos y compañeros de trabajo quedaron en shock.

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La colombiana inició su carrera como modelo y en 1994 fue nombrada como la Reina del Bambuco. Ese mismo año empezó ha realizar algunas apariciones en televisión, pero no fue hasta el 2002 que alcanzó gran popularidad al ser parte del elenco de la telenovela “Pasión de gavilanes”.

Esta participación le dio mucho reconocimientos y es así que apareció en las series La familia Cheveroni, Infieles anónimos, Así es la vida, Amor de mis amores y Marido a Sueldo. Su última aparición se dio en el 2008 en la telenovela La Dama de Troya como Carmentea.

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Sus amistades la recuerdan como una mujer sencilla, cariñosa y carismática que no veía maldad en los demás. También aseguran que ella nunca tuvo relación con el narcotrafico y lo que sucedió es que se había enamorado del hombre equivocado.

LA RELACIÓN DE LILIANA LOZANO CON FABIO VARGAS

En la Navidad del 2006, Liliana Lozano conoció a un hombre que se presentó como Daniel Felipe Santamaría Valencia, un empresario de 47 años oriundo del Caquetá que tenía negocios en Venezuela, México y España.

Marylin Patiño, actriz y confidente de Lozano, recuerda que este nuevo hombre llenó a su mejor amiga de costosos regalos, viajes a destinos paradisiacos, un lujoso apartamento en el exclusivo sector del Virrey en Bogotá y un carro de gama alta, este hombre cumplía todos sus caprichos. A pesar de una diferencia de edad de 17 años, la relación se formalizó y Liliana se enamoró perdidamente del empresario.

La felicidad duraría poco cuando Daniel Felipe le confesó a Liliana quien realmente se llamaba Fabio Vargas y que era el hermano del narcotraficante Leonidas Vargas. A pesar de la revelación, Liliana enamorada decidió continuar con la relación.

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE VIDA DE LILIANA

Después de tres años de intensa relación, Liliana y Fabio decidieron ponerle fin a su historia de amor en la Navidad del 2008. La actriz decidió pasar fin de año con su familia en Neiva, pero a los pocos días de iniciar el 2009 recibió la noticia que su cuñado Leonidas Vargas había sido asesinado por sicarios en un hospital Doce de Octubre en Madrid en donde había sido trasladado desde la cárcel por problemas de salud.

La también modelo se contactó con su ex pareja para darle su sentido pésame y al día siguiente deciden encontrarse en Palmira, Valle del Cauca. Liliana estaba dispuesta a darle su apoyo al hombre que se había robado su corazón.

Versiones extraoficiales señalaron que Lozano y Vargas llegaron procedentes de España el 9 de enero de 2009, así que se dirigieron a una finca de Fabio en la Buitrera al suroccidente de la ciudad de Cali. En la noche cuando se disponían a dormir, unos hombres irrumpieron en la viviendo y los sacaron a la fuerza.

Liliana estaba en un babydoll y Fabio en calzoncillos. Se presume que los hombres pretendían que Vargas revelará la ubicación de una caleta de su hermano fallecido. Para que hablará, torturaron y violaron a Liliana.

El cuerpo de Héctor Fabio Vargas fue encontrado boca abajo, semidesnudo con las manos amarradas y tenía la cabeza cubierta con una bolsa plástica negra y una cinta. El occiso recibió varios impactos de arma de fuego en la cabeza y uno en el pie izquierdo. Al parecer, habría sido torturado. Vargas, apenas tenía puesta una pantaloneta.

Liliana estaba también semidesnuda, lucía un ‘baby doll’, estaba boca arriba, con las manos y los pies amarrados y registraba una herida abierta en la cabeza. Un hilo de sangre se notaba en uno de sus oídos, al parecer, producto de la asfixia mecánica a la que fueron sometidos.

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