A puertas de cumplir 25 años de trayectoria, La Oreja de Van Gogh presenta el que han definido como su disco más íntimo, ‘Un susurro en la tormenta’. Guiados por sus instinto y dejando de lado la presión que pueda existir de parte de los chats y listas que cuantifican el mercado musical actualmente, la agrupación española lanza 11 nuevos temas y alista lo que pronto será su regreso a los escenarios en un futuro que esperemos no sea tan lejano.
En entrevista con Trome vía Zoom, Pablo Benegas y Haritz Garde, dos de sus integrantes, dan detalles de esta nueva etapa y revelan los sentimientos que afrontaron junto a Álvaro Fuentes, Xabi San Martín y Leire Martínez, en el proceso de creación de este álbum.
¿‘Un susurro en la tormenta’ es quizá el disco más autobiográfico, más íntimo de la Oreja de Van Gogh?
Pablo: Nos parece que es un disco reflexivo, es un disco que pesa pues las canciones pues tiene mucho de introspectiva. Yo creo que es inevitable, con el paso de los años, la mirada sobre las cosas te cambia. Cuando ya tienes más de 40 años y tienes hijos todo se complica y se vuelve más complejo. Esto es fruto de estas canciones, de ahí han salido estas 11 canciones.
El título es esperanzador ¿sienten que se ajusta a la realidad que estamos viviendo?
Pablo: Eso es. A nosotros siempre nos gusta dejar un pozo al final, un sabor de esperanza y un sabor positivo. ‘Un susurro en la tormenta’ tiene mucho que ver con eso, es esa conversación, ese susurro, ese consejo que te da un amigo o la pareja, o esa conversación con un hijo o con alguien que ya no está, que te permite ver las cosas con perspectiva y esperanza.
En Instagram publicaron un video titulado ‘Tomas falsas’ en el que muestran también sus errores a la hora de realizar el disco. ¿Qué tan relevante es para uds. mostrar ese lado?
Pablo: Nosotros no tenemos complejos en mostrar que detrás del trabajo y de algo que suena muy bien también hay errores, es inevitable. Todos nos equivocamos y de eso nos reímos nosotros. Nos hemos tomado con mucha responsabilidad y respeto todo lo que es la grabación del disco, pero eso es compatible con también reírnos con muchas situaciones que se dan. Hay que tomarse las cosas así, hay que saber reírse donde uno mismo siempre, pero desde la profesionalidad y respeto pues somos consientes del esfuerzo de la gente por escuchar un disco o vernos en un show.
¿A la hora de sacar un disco hay alguna presión por conseguir que algunas de las canciones se convierta en éxito?
Pablo: Hace tiempo que ya no estamos en esas circunstancias, nos sentimos un poco fuera de los ritmos de la industria y de toda la velocidad que lleva todo. Cómo consumimos todo y no sólo música. La verdad que nosotros dedicamos todo el tiempo que haga falta al hacer canciones. Hasta que no tenemos cerrado todo y sintamos qué hemos terminado no lo sacamos a la luz. Y esa sensación de que todo tenga que ser un éxito, esos números que habían antes la verdad que eso ya no nos importa nada, nosotros disfrutamos mucho del proceso y somos unos privilegiados por seguir disfrutando de la música, haciendo los discos cuando queremos, como queremos y con el sonido que queremos, eso es lo que nos llena y en eso estamos. Luego tenemos la suerte de que la forma de comunicar sigue conectando con la gente y la gente no sigue recibiendo con los brazos abiertos y sigue disfrutando de nuestras canciones, la verdad que es un lujo. Nuestro compromiso está con la honestidad y nuestras decisiones son desde hace mucho tiempo ya decisiones artísticas.
Haritz: Somos exigentes con nosotros mismos, queremos que las canciones estén como nos gusta y cada canción queremos que esté cómo lo tenemos en nuestra cabeza. Si luego de eso tenemos la suerte de qué llegue a la gente, pues mejor.
¿La frase “Los músicos no viven la vida por años sino por discos” los define?
Pablo: Está muy de moda en sacar canciones sueltas que le pierdes un poco el hilo, sobre todo la referencia de dónde está el artista, de qué siente, de qué le está pasando y en qué momento está. Los discos te fijan mucho más. Cuando ves la discografía de los grupos que llevan muchos discos, cada disco te recuerda y te lleva ese momento de ese artista. Nos gusta seguir escribiendo discos porque, además, nos marcan nuestras épocas, porque después del disco viene una gira, porque sabemos cuál es el proceso y es verdad que para nosotros el tiempo lo marcan nuestros discos.
Al escuchar el disco, ver la portada y todo lo que involucra esto, me generaba una historia completa ¿Es lo que quisieron transmitir?
Haritz: A la hora de componer no tenemos un guion o algo que queramos contar. Si es verdad que después de ver todas las canciones juntas puede ser que haya un hilo conductor que son los diálogos contigo mismo, con personas que quieres, con tu pareja. Pero es algo a posteriori. Normalmente las canciones las componemos una a una. Para nosotros una canción es un mundo, una historia, nos concentramos mucho en cada una de ellas. Reflejan el momento en el que está el grupo y al final tiene una coherencia con todo.
Pablo, veo también que recuerdan y valoran mucho el pasado. Los discos, las canciones ¿Qué tan importante es para el grupo mantener vigente esos hitos?
Es parte de la historia del grupo para nosotros el grupo arranco a finales del 95 y sigue ahora en el 2020. Lo qué pasa es que hemos cambiado mucho, no sólo en la forma de escribir canciones. Cuando tienes 20 años todo es mucho más impulsivo, mucho más fresco más directo. Cuando vas pasando los años, ves la vida de una manera más compleja, todo tiene más ángulos, todo es más difícil. Al escribir canciones y música es igual. No pretendemos recuperar esa ‘frescura’ de hacer canciones de hace 20 años, sería ridículo. Hemos aprendido el oficio, manejamos mejor las palabras, sabemos mejor lo que queremos decir y eso nos permite hablar de cosas más profundas y con otra dimensión. Eso es el grupo, desde hace 20 años, es nuestra evolución y es una evolución paralela a la de la gente que no sigue en su vida.