Fernando Colunga es un reconocido actor mexicano que ha protagonizado diversas telenovelas. Su talento, dedicación y entrega en cada producción donde participó lo han llevado a ser uno de los artistas más queridos del medio.
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Aunque muchos consideran que es una persona apasionada con la actuación, en un inicio esta no era la profesión que el galán de “María, la del barrio” había elegido, pues él se dedicaba a algo completamente distinto, alejado de los estudios de grabación.
Sí, así como lo lee, Colunga varios años antes de dedicarse al mundo de la actuación había planificado otra cosa en su vida, pues quería ser ingeniero civil; es así que optó por seguir esa carrera.
Debido a que era una persona muy activa y quería estar ocupado, abrió su ferretería; no sólo ello, pues era concesionario de autos, y trabajó como administrativo y barman. Pese a que su agenda estaba ocupada, se dio cuenta que siempre tuvo la intención de ser actor.
Es así que empezó en el cine con la película “La guerrera vengadora”, pero al poco tiempo, en 1988, se metió de lleno a la televisión siendo el doble de Eduardo Yáñez en la telenovela “Dulce desafío”, mayormente en escenas de motocicleta.
Como Colunga estaba plenamente convencido de que lo suyo era ser actor, se matriculó en el Centro de Educación Artística (CEA) de Televisa en el año 1990. En sus inicios se hizo conocido por aparecer en el programa infantil “Plaza Sésamo” y ser el rostro de algunas marcas.
Respecto a melodramas, comenzó apareciendo en “Cenizas y diamantes”, “Madres egoístas” y “María Mercedes”. Hasta que en 1993, Carla Estrada le ofreció un papel estelar en “Más allá del puente”. Tras ello, tuvo una participación especial en “Marimar” (1994), dando vida a Adrián Rosales. Luego participó en el cine con la película “Bésame en la boca” con Paulina Rubio.
El año 1995 obtiene su primer protagónico al lado de Thalía en la telenovela “María, la del barrio”, dando vida a Luis Fernando de la Vega. Dos años después fue el actor principal en “Esmeralda” y su carrera continuaba en auge ya que estuvo en “La usurpadora” y muchos melodramas más como “Amor real”, “Nunca te olvidaré”, “Mañana es para siempre”, “Pasión y poder”, entre otras.
Asimismo, incursionó en teatro en cuatro obras teatrales: “Obscuro total” como director, “Manos quietas”, “La cenicienta” y “Trampa de muerte”.