Pasión de gavilanes fue una de las telenovelas de Telemundo de mayor éxito a principios de la década pasada. Los hermanos Reyes y las hermanas Elizondo conquistaron el corazón de muchos de sus fans, que a lo largo de todo este tiempo recuerdan la historia con mucho amor.
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La trama, creada por Julio Jiménez, reunió a tres hermanos que se enamoran de tres hermanas en un torbellino de pasión y venganza. Tres parejas. Una distinta a la otra. Sin duda, los actores lograron tener mucha química y supieron enganchar a los espectadores con su interpretación.
Sin embargo, la magia de la televisión se pierde cuando se descubre algunos secretos en torno a la producción. Y “Pasión de gavilanes” no fue la excepción. Aunque ya todos sabemos que todo es ficción, no recibes bien el hecho de descubrir algo que por años pensaste que era verdad.
Esta vez le tocó a Danna García, quien interpretó a Norma Elizondo Acevedo en la ficción de Telemundo. La actriz colombiana fue tendencia en redes sociales luego que saliera a la luz un video de ella durante la grabación de “Pasión de gavilanes” y en la que muchos calificaron como la mayor mentira de la telenovela. ¿De qué trata todo esto? A continuación más detalles.
En la ficción, García solía realizar escenas a caballo. Sin embargo, estas tenían un truco un truco hasta ahora inédito. La actriz y la producción fueron puestas al descubierto 16 años después de llegar y a cautivar al público de América Latina, tras el cual, los fans se han sentido muy engañados.
“No puedo lidiar con tantos engaños de mi infancia”, dijo una usuaria en Twitter al publicar un video protagonizado por Danna García y en la explicaba uno de los secretos mejores guardados de la serie. En el video, la actriz colombiana aparece montada en un caballo, pero en realidad, nada es lo que parece. Este caballo en realidad era un hombre: un especialista que simulaba ser el animal al que se subía la protagonista de la serie.
Gacría solo tenía que prestar atención a sujetar bien las riendas para que pareciera más real la escena. Los sonidos del caballo, relinchos y golpes de las herraduras se añadían en la post-producción.
Pero este truco tiene una justificación: la actriz tenía pánico a montar un caballo, así que tuvieron que improvisar para hacerlo lo más creíble posible.
De acuerdo con la trama, el personaje de Danna García era una experta jinete, pero en la vida real no sabía montar caballos.
Peor aún era el hecho de que le tenía pánico a estos animales con los que tenía que interactuar a lo largo de la novela que se ambientó en Cundimarca.
Por tal motivo, las escenas donde salía montando a caballo se tuvieron que adaptar. Para hacer más real las imágenes y dar la apariencia de que estaba sobre este animal, se hacían planos de cámara cerrados en el que no se le veían las piernas.
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