La rapera Cardi B sacó a la venta una colección de productos de su exitosa y polémica canción “WAP”, entre las que se encuentran paraguas, chubasqueros transparentes, tops deportivos o camisetas. La neoyorquina, de 27 años, quiere así maximizar las ganancias de su nuevo y explícito single, en el que colaboró con Megan Thee Stallion, y que ha despertado críticas incluso entre sus compañeros del sector de la música.
Entre los artículos a la venta, una gabardina transparente con las siglas WAP en la parte frontal y las XXX en que avisan de contenido pornográfico en una de las mangas por el que los fans de la cantante deberán pagar 125 dólares, así como un paraguas en negro o morado por un precio más asequible: 25 dólares.
También ha puesto a la venta tops deportivos por 40 dólares, jerséis por 60 dólares o camitas “crop” por 25. “WAP”, que fue lanzada a principios de agosto, ha estado en boca de muchos por hablar de manera explícita de sexo, y por centrarse en la satisfacción sexual de la mujer.
El cantante Ce Lo Green afirmó en una entrevista que "mucha de la música que se hace hoy en día es desafortunada y decepcionante" en referencia al vocabulario que se usa en la canción cuando se le preguntó por "WAP".
Sin embargo, el propio Green fue fuertemente criticado por insinuar que hablar de la sexualidad de la mujer es menos aceptable que hablar de la sexualidad del hombre, como se ha hecho ya en infinidad de canciones.
“WAP” ha alcanzado el éxito rápidamente, y se ha convertido en la más escuchada en plataformas digitales en su primera semana, con más de 93 millones de visualizaciones y descargas, según Billboard.
La que ha sido la primera colaboración de Cardi B y Megan Thee Stallion vino acompañada de un video al que invitaron a algunas de las figuras femeninas más importantes de la cultura pop del momento, como la cantautora española Rosalía o la influencer y empresaria Kylie Jenner.
Las mujeres, enfundadas en trajes que les quedan como una segunda piel, se van moviendo al ritmo de la música, mientras que Cardi B y Megan van rapeando, cambiando de atuendos y caminan por una casa tan lujosa como extraña, que recuerda a algunas de las escenas del libro “Alicia en el país de las maravillas”.