Era enero del año 1982 cuando Camilo Sesto decidió volver a los escenarios tras la muerte de su padre cinco meses atrás y lo hizo en el auditorio de Palma de Mallorca que lució abarrotado de fans y estrellas de la época como Rocío Dúrcal. En este mismo escenario su madre, Joaquina Cortés, llegó como invitada especial del cantante español.
Fue un espectáculo mágico que Camilo Sesto ofreció a todos los asistentes aquella noche y antes de culminar el concierto decidió interpretar una de sus mejores canciones y considerado hoy como un himno.
Fue ahí que buscó a su madre, Doña Joaquina, quien se encontraba en medio del público y le dijo: "¿Está por aquí doña Joaquina, mi madre? ¿Dónde estás? Te voy a dedicar una de mis canciones para ti solita, Perdóname".
En ese momento y con los sentimientos a flor de piel, Camilo Sesto empezó a cantar "Perdóname, si pido más de lo que puedo dar, si grito cuando yo debo callar, si huyo cuando me necesitas más..." y visiblemente emocionado su voz se quiebra mientras su madre también se le ve derramando algunas lágrimas.
Camilo Sesto intenta seguir, pero nuevamente su voz se quiebra y le da la espalda al público, que lo aplaude sin cesar y se pone de pie para ovacionarlo, mientras que el español sigue en silencio y llora emocionado.
Ese momento quedó grabado en la memoria de todos, pues fue la primera vez que Camilo Sesto mostraba su lado más humano y familiar al decirle al maestro de ceremonias: "no puedo".