Alexis Ayala, el recordado villano de telenovela, sufrió un infarto en 2018 y en una reciente entrevista recordó los agobiantes momentos que pasó junto a su esposa e hija. El actor de 55 años contó lo que sintió poco antes del ataque cardíaco por el que fue atendido en Acapulco y más tarde trasladado a la CdMx.
“Me empieza a doler el brazo derecho que es rarísimo porque siempre da el lado izquierdo. Empiezo a tener unas ganas de volver el estómago, voy a vomitar y luego suelto del estómago, empieza todo a descomponerse”, explicó el actor al el programa ‘Con permiso’.
Cuando empezó a sudar a pesar del aire acondicionado decidió avisarle a su esposa de la situación. “Yo sudaba y por donde caminaba dejaba agua de como estaba mi cuerpo transpirando, tenía el aire acondicionado a 19 o 18 grados. Suena el teléfono y le digo a Fer (su esposa) que no se asustara que necesitábamos un doctor o ambulancia”, dijo Alexis Ayala.
“Me empecé a sentir muy mal, Fer averigua todo y nos llevan a un hotel cerca de nosotros donde había una doctora. Me revisa la doctora que dijo que no me podía atender y llegó la ambulancia, no podía sostener la mano. Veía a Roberta (su hija), ella lloraba, me volteaba a ver y le decía que yo iba a estar bien”, recordó el intérprete.
ALEXIS AYALA RESISTIÓ POR SU HIJA
Debido a su condición lo trasladaron a un hospital cercano, y a pesar de que se sentía muy mal trató de resistir por su hija. “Yo no iba a decretar lo que me estaba pasando y cuando Roberta empieza a llorar con más razón dije: ‘pelea’ y yo le decía a Dios que no me soltara, que iba a estar entero (…), me dijeron que había dos hospitales y mi mujer toma la decisión de ir al más cercano, me sentía muy mal”.
“Llegamos ahí, me atienden y me dijeron que algo me había caído mal y yo ni había comido. Llegó el jefe de urgencias y me dijo que me estaba infartando (…), a mi esposa nunca la vi soltar una lágrima, mi hija nunca la vio soltar una lágrima”, agregó el actor de telenovelas como “Amarte es mi pecado”, “Lo que la vida me robó” y “La sombra del pasado”.
Alexis Ayala también contó que en el primer hospital no tenían el equipo necesario así que lo trasladaron a otro. “Me sacan adelante y me hacen llegar a la otra clínica para llegar al cardiólogo y ahí ya tenían todo preparado para darme toques y meterme la aguja en el corazón. Mis latidos empezaron a bajar a 40 y le dijeron a Fer: ‘Si ve que entramos agresivamente a atender a su marido, por favor no estorbe y déjenos hacer nuestro trabajo’”.