En momentos en los que se conoce que Enrique Guzmán, de 78 años, recibe apoyo de su hija para demandar a su nieta por acusarlo de supuestos tocamientos indebidos en la infancia y que Alejandra Guzmán grabara un sentido mensaje para intentar acercarse a ella y ofrecerle ayuda, un especialista en lenguaje corporal analizó los gestos y movimientos de padre e hija en las respuestas que han dado a la joven cantante de 29 años.
MÁS INFORMACIÓN | Alejandra Guzmán: Frida Sofía y la fuerte revelación en Instagram como respuesta al video de su madre
Desde Miami, Florida, el coach espiritual y tarotista Douglas Bernal fue invitado a Telemundo Noticias para explicar lo que cada personaje transmitió, tal vez sin notarlo, mientras se refería al escándalo que desde el pasado 07 de abril tiene en el ojo de la tormenta a la familia Guzmán Pinal.
El primero en ser analizado fue Enrique Guzmán, sobre quien pesa todas las acusaciones dadas por Frida Sofía, quien lo calificó como un “hombre muy asqueroso, un hombre muy abusivo. Me daba miedo, siempre me daba miedo. Me hizo cosas feas” en una para el programa de “Primera Mano”.
Para responder, el cantante de rock eligió a la periodista Pati Chapoy y en el set de ‘Ventaneando’ se refirió a lo dicho por la hija de Alejandra Guzmán.
“Tengo cuatro nietas y un nieto, una de ellas vive conmigo, vive en mi casa la amo con toda mi alma y a Frida también y oír estas cosas me duele, me duele porque no las entiendo. Se me fue a Miami porque la intentaron secuestrar y desde entonces creció de una manera que no vi y no lo consiento pero tampoco la castigo, no opino mal de ella, quiero saber qué le pasa, cómo puede hablar así de mí. Hace 2 años me invitaba a Miami y ahora soy un degenerado que le metió mano”, se le escucha decir.
Douglas Bernal analizó sus movimientos y aseguró que “tiene varias cosas en su postura. La pierna abierta en una entrevista indica apertura, estoy mostrándome con la verdad, pero la mano derecha indica el énfasis y al alzarla muy arriba es que está tratando de sostener su discurso para tener credibilidad, respeto y para poder limpiar un poco su imagen. Otra cosa importante es que tiene la mirada hacia abajo y está hablando como con pena o vergüenza, como que no cree todavía lo que está escuchando. La mirada hacia abajo implica que ‘siento mucha pena por todo lo que está pasando’. Otra cosa que vi en el video es que sube mucho los hombros es como que no sé lo que me están hablando, no entiendo, no procesa la información. Otro punto es que este señor está en la entrevista encorvado, como jorobado, significa que está abatido, representa autoprotección. En otra parte del video cruza los brazos que también es autoprotección y auto consolarse, abrazándose para tratar de sostener la energía y no derribarse”.
El experto en lenguaje corporal también se refirió al momento en que Enrique Guzmán parece secarse las lágrimas al hablar de la acusación de Frida Sofía: “él se está secando pero realmente no lo vi llorando desgarrado, sino que estaba muy sensible. No podemos medir por las lágrimas los hechos de hace 30 años atrás”.
Otro de los videos que analizó fue el que difundió Alejandra Guzmán en sus redes sociales con un claro mensaje hacia su hija.
“Las manos son protagónicas en este video porque cuando las manos están juntas implica tranquilidad, confianza, buscar serenidad para ella misma. Cuando junta los dedos es para generar autoridad, respeto y control: ‘Estoy segura de lo que estoy diciendo como madre y pongo las manos al fuego’. Cuando pone las manos hacia el corazón está buscando honestidad y transparencia, ganas de buscar la verdad. El discurso es muy real, sentido, creíble porque las manos actúan como impulso del cerebro y muestran la verdad y la contundencia de ese discurso en un momento tan crítico que vive su familia”, explicó.