Martín no sabía manejar su plata cuando la tenía en su billetera. La gastaba nomás y cuando se daba cuenta ya estaba misio. “No sé calcular”, decía, apenado mi brother. Sus patas le recomendaron que active Bim para que controle mejor su economía, y, mosca él, al toque lo hizo.
Ahora, el buen Martín carga en su Bim 100 luquitas y cuando hace una compra donde su casero, paga con Bim y de inmediato revisa su saldo al entrar en la opción “¿En qué usé mi Bim?”. Otro día, mira sus últimos movimientos y revisa en lo que ha gastado.
Otro caso es el de Susana, quien se ha vuelto una fanática de Bim: “Porque no necesito estar con la plata en la mano, sobrino”. Ella, antes de consumir algo, entra a Bim y lo primero que revisa es su saldo. Así, ella sabe cuánto gastar y medirse en sus compras. No usa de más y nunca se queda sin monedas. Todo ordenado y ella feliz.
Por eso, no te quedes sin activar tu Bim. También puedes hacerlo desde acá: www.bimcrediscotia.com