El Ministerio de Salud (Minsa) anunció este viernes que se han detectado en el Perú 18 casos nuevos de personas infectadas con la viruela del mono, tras realizarles los exámenes correspondientes.
Según el viceministro de Salud Pública, Joel Candia Briceño, explicó que los pacientes contagiados con el virus de la viruela del mono en el país, (16 hombres, una mujer y un menor de edad), fueron registrados en Lima Metropolitana.
“Cada dos días, el equipo integrado por las direcciones pertinentes del Minsa, se reúne para establecer múltiples estrategias a fin de afrontar los casos positivos de la viruela del mono en nuestro país”, señaló.
Brigadas del Ministerio de Salud (Minsa) empezó las visitas casa por casa, realizando la vigilancia epidemiológica y seguimiento correspondiente a los pacientes contagiados y de sus contactos.
El funcionario detalló que se vienen realizando visitas de supervisión a establecimientos de salud en Lima Sur donde se verificó que se encuentran preparados para una respuesta oportuna y efectiva para la detección de esta enfermedad.
“Estamos formando las brigadas itinerantes para dar respuesta inmediata cuando un paciente sale positivo con el virus de la viruela del mono. Mientras tanto a los casos confirmados, invocamos que permanezcan en su domicilio y que sigan todas las recomendaciones de los profesionales de salud quienes los están visitando”, manifestó el viceministro.
¿Cuáles son los síntomas de la viruela del mono?
- Inicia con fiebre, cefalea (dolor de cabeza) y fatiga.
- Presencia de adenopatías (inflamación de ganglios linfáticos) en cuello, axilas e ingle.
- Lesiones en la piel que evolucionan de manera uniforme.
- El tiempo de incubación es usualmente entre 7 y 14 días, pudiendo ampliarse de 5 a 21 días.
Grupos de riesgo y complicaciones
El Minsa señala que “habitualmente la infección por el virus de viruela del mono no conlleva a complicaciones”. Sin embargo, agrega que la presencia de los siguientes factores puede relacionarse a mayor gravedad con valoración de hospitalización:
- Niños.
- Gestantes.
- Pacientes con VIH, especialmente sin control adecuado.
- Inmunosuprimidos.
- Personas con lesiones crónicas en piel o quemaduras recientes (por riesgo de contaminación bacteriana).