Don Alejo Ruíz Rubio (89), quien hace unos días se graduó de electrotécnico industrial en el IESTP Julio César Tello de Villa El Salvador, buscará un cupo este 8 de marzo, en la Universidad Nacional Agraria La Molina, para la carrera de Ingeniería Agrónoma.
“Mis añitos encima no me dan miedo, quiero ser ingeniero y aprender todo lo que pueda. Sé que podré lograrlo. El estudio es un gran amigo, nunca nos defraudará”, señaló el octogenario.
El ‘Abuelito chancón’, como lo conocen, contó que su vocación la descubrió en el hospital ‘Larco Herrera’, donde estuvo al cuidado de más de mil plantaciones de plátanos. “También cultivé yuca, palta, tomate, zapallo, choclo”, indicó.
Aspira llegar a la universidad no por cumplir, sino para apoyar a los jóvenes y darles ejemplo de perseverancia. “No hay que abandonar nuestros sueños y apoyar a los que nos necesiten. Les digo a los padres: No abandonen a sus hijos, sobretodos si van a terminar su quinto de media”.
SU FAMILIA LO ES TODO
Tiene cinco hijos, dos hombres y tres mujeres. “Todos son profesionales, a ellos les he motivado que culminen la universidad”, señala don Alejo, quien dice que su familia lo es todo para él. Incluso, pese a que la muerte de su esposa, tras 56 años de feliz matrimonio, lo sumió en una profunda tristeza, no lo frenó para seguir cumpliendo sus metas. Una de ellas era contar con una carrera profesional en una especialidad relacionada con la electrónica, su gran pasión.
Contó también, que su hija mayor, Elena, es ingeniera geógrafa, con especialidad en Cartografía, egresada de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y los demás son docentes formados en la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta).
Otra de sus hijas, Yraida, quien cuida de él, también se da tiempo para estudiar, cursa el quinto ciclo y uno de sus hijos sigue una segunda carrera en la Universidad La Cantuta, cursa el segundo año en matemática.
Detalla que sus doce nietos, diez de ellos universitarios están muy orgullosos de él, gozan de su éxito y aprenden de su ejemplo. Don Alejo dice que darles alegría a sus nietos es una ayuda para ellos. “Uno se siente con más ganas de avanzar para que ellos sigan adelante”, señala.