En medio de lágrimas, Luis Miguel Cuéllar Martell, alías 'Cachimbú', aseguró una y otra vez que era inocente. "Yo no tengo nada que ver", dijo en repetidas ocasiones.

Sin embargo, los agentes del Grupo Terna no le creyeron, pues lo ya habían visto en plena venta de 'ketes' en la zona conocida como La Pólvora, en .

Y es que "llorar" se ha convertido en una práctica común entre estos delincuentes. Muchos de ellos creen equivocadamente que al mostrarse vulnerables, la Policía los dejará libres. 

Una intensa persecución contra 'Cachimbú' permitió que lo atraparan en una vivienda ubicada en el pasaje Córdoba.

Lágrimas de cocodrilo. Al llegar a la comisaria de Apolo, 'Cachimbú' se echó a llorar. "Lloro porque es una injusticia", dijo el desvergonzado delincuente.

Lo cierto es que 'Cachimbú' cargaba una cantidad importante de 'ketes' en diferentes partes de su cuerpo y ropa. Nada menos que 2,580.

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