Los gritos desesperados de una mujer, que era atacada por su esposo con un filudo cuchillo de cocina, alertaron a los vecinos de la quinta ‘Virgen de Fátima’, en La Victoria, quienes le salvaron la vida. El agresor se suicidó colgándose con una soga.
En el número 26 del multifamiliar ubicado en la cuadra uno del jirón Raymondi, Susana Marcela Loayza Bravo (62) preparaba el desayuno para su pareja, Manuel Lucio Veaizan Weston (71), cuando comenzaron a discutir.
“Pelearon fuerte, no sabemos por qué, pero parece que fue por el desayuno. Eso reclamaba la señora, luego el vecino empezó a agredirla con un cuchillo de cocina y le decía ‘te voy a matar’”, contó una vecina. Ante los angustiados pedidos de ayuda de Susana Loayza, quien se desempeña como enfermera en un policlínico de la capital, un morador ingresó al predio y la puso a buen recaudo. Ella mostraba heridas punzocortantes en los brazos, piernas y pecho.
FUERA DE SÍ
En tanto, el agresor se quedó en el interior de su casa y, con la misma arma con que hirió a su esposa, empezó a autolesionarse. “El señor estaba como loco, se hacía heridas con el cuchillo en el cuerpo”, indicó un vecino.Poco después llegaron agentes del Escuadrón de Rescate para salvar al jubilado, pero este no quería hablar con nadie. “Estaba fuera de sí, intentamos hacerlo entrar en razón, pero se puso más bravo”, indicó un oficial.
Los policías rompieron un vidrio de la ventana para conversar con él, pero seguía hiriéndose. De pronto, todo quedó en silencio. Fue cuando los efectivos decidieron violentar la puerta e ingresaron, pero hallaron al hombre sin vida, ahorcado con una cuerda.
Según moradores de este sector de La Victoria, los esposos se mostraban amorosos ante todos, pero a veces discutían de forma violenta.
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Los gritos desesperados de una mujer, que era atacada por su esposo con un filudo cuchillo de cocina, alertaron a los vecinos de la quinta ‘Virgen de Fátima’, en La Victoria, quienes le salvaron la vida. El agresor se suicidó colgándose con una soga.
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“Pelearon fuerte, no sabemos por qué, pero parece que fue por el desayuno. Eso reclamaba la señora, luego el vecino empezó a agredirla con un cuchillo de cocina y le decía ‘te voy a matar’”, contó una vecina. Ante los angustiados pedidos de ayuda de Susana Loayza, quien se desempeña como enfermera en un policlínico de la capital, un morador ingresó al predio y la puso a buen recaudo. Ella mostraba heridas punzocortantes en los brazos, piernas y pecho.
FUERA DE SÍ
En tanto, el agresor se quedó en el interior de su casa y, con la misma arma con que hirió a su esposa, empezó a autolesionarse. “El señor estaba como loco, se hacía heridas con el cuchillo en el cuerpo”, indicó un vecino.Poco después llegaron agentes del Escuadrón de Rescate para salvar al jubilado, pero este no quería hablar con nadie. “Estaba fuera de sí, intentamos hacerlo entrar en razón, pero se puso más bravo”, indicó un oficial.
Los policías rompieron un vidrio de la ventana para conversar con él, pero seguía hiriéndose. De pronto, todo quedó en silencio. Fue cuando los efectivos decidieron violentar la puerta e ingresaron, pero hallaron al hombre sin vida, ahorcado con una cuerda.
Según moradores de este sector de La Victoria, los esposos se mostraban amorosos ante todos, pero a veces discutían de forma violenta.
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