Una tremenda bronca se desató en Trujillo entre los trabajadores de una empresa funeraria y agentes del Serenazgo luego que los primeros salieran en defensa de una vendedora ambulante de huevos de codorniz.
El hecho ocurrió en el centro de Trujillo cuando los serenos decomisaron el carrito de la humilde mejor, hecho que indignó a los trabajadores de la funeraria que pasaban por el lugar a bordo de un vehículo y de otros transeúntes.
Pese a que salieron en su defensa, no pudieron evitar la incautación de la herramienta de trabajado de la vendedora. Cuando la unidad municipal se retiraba a uno de los serenos se le cayó un radio, que fue recogido por uno de los empleados de la funeraria.
Los agentes ediles regresaron y continuó el enfrentamiento. Cuando todo parecía calmarse, el conductor de la minivan de la funeraria habría intentado arremeter contra los serenos, lo cual provocó que uno de ellos rompiera el parabrisas de la unidad.
“Sentí compasión por la señora porque vi que le estaban quitando su carro y nadie la apoyaba. Entonces bajé del vehículo que estaba manejando y fui a socorrerlo”, dijo el conductor de la empresa funeraria a las cámaras de América Noticias.
Bernardo Alva, gerente de la Municipalidad de Trujillo, no cuestionó la actitud violenta de los agentes de Serenazgo y dijo que estos solo se defendieron ante las agresiones físicas que recibieron de los trabajadores de la funeraria.
"Seguramente se investigará el hecho", agregó el funcionario municipal de Trujillo al ser consultado sobre si habría sanciones contra los serenos involucrados. En tanto, el conductor de la minivan de la funeraria señaló que no presentará una denuncia.
Cabe precisar que en el centro de la ciudad de Trujillo el problema del comercio ambulatorio es algo latente pero también lo es la represión, muchas veces excesiva, de la autoridad municipal hacia los vendedores informales.
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