Caitlin Adams, de 25 años, no tenía idea de lo que iba pasar luego de tomarse un provocativo selfie.

La joven que pertenecía a una banda de venta de armas en el mercado ilegal ha sido puesta en prisión durante 10 años, después de que se tomara un selfie con un fusil AK-47 entre sus piernas.

Caitlin Adams fue condenada junto con cinco hombres, quienes reparaban armas para luego venderlas en el mercado negro de Londres.

Según corroboraron las autoridades, la joven ayudó a comprar varias armas de fuego que pertenecían a su novio, Ismael Brown, quien actualmente cumple una condena de siete años.

En su fallida defensa, Adams aseguró que ella se dedicaba a comprar y reparar armas para la colección de su abuelo.

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