Luego del triste final de una , se conocieron detalles sobre cómo personas, con celulares en mano, grabaron los últimos minutos de vida de la adolescente y lo subastaron al mejor postor a solo minutos de la trágica muerte de la muchacha.

, “un sujeto había logrado grabarlo todo con su celular: su última conversación con un agente de seguridad, los gritos, la caída, el silencio”.

“El tipo reproduce el video una y otra vez, incrédulo de haber obtenido esas imágenes. “Acá está el video… ¡Que lo suba, que lo suba!”, se escucha decir a otro hombre”, dice parte de la nota, donde también describe el morbo de hombres, mujeres y madres de familia con hijos pequeños que pedían ver una y otra vez el antes, durante y después del suicidio de la joven en el hotel Sheraton.

Lo indignante de este episodio es que al tener toda la atención del público, este sujeto subastó el video del suicidio de la joven y más de uno ofreció dar hasta 200 soles por las imágenes, pero solo uno fue el comprador misterioso que logró tener la ‘exclusiva’ que, de repente, se verá en algún programa periodístico.

“El intercambio es rápido, y nadie lo reprocha. Regresan al centro del círculo. Entre todos hay un silencio cómplice, frente a un hecho innegablemente triste. Usuario y comprador inician la transferencia de imágenes por WhatsApp, un proceso que duró apenas cinco o seis minutos”, se lee en la crónica publicada en el diario El Comercio.

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