¿Te imaginas estar casada (o) con la misma persona 60 años? En estos tiempos ver algo así es difícil, sin embargo, hoy en el Día de San Valentín, patrono de los enamorados, una pareja de ancianitos nos demostró que esto sí se puede, y que para lograrlo solo se necesita dedicación, comprensión, sabiduría, pero sobre todo amor.
Rodeados de familiares y amigos residentes del centro gerontológico Hogar Canevaro, doña Lucrecia Vásquez (80), luciendo un hermoso vestido blanco y don Carlos del Busto (79), con un impecable traje, decidieron renovar sus votos de amor y se volvieron a casar.
"La historia del matrimonio Del Busto – Vásquez se remonta a 1955 en el distrito de San Luis. Vecinos de familias amigas, iniciaron una linda amistad que luego se convertiría en una romántica historia de amor, que se consolidó cuando luego de un trágico accidente jugando fútbol, don Carlos perdió una pierna. Sin embargo, todo esto lo superaron y lograron vivir juntos y amándose", contaron amigos de la pareja.
Doña Lucrecia recuerda este momento y no puede evitar quebrar la voz. "Este hecho nos ayudó a fortalecer la relación, y con el transcurso del tiempo decidimos convertirnos en novios y luego nos casamos en 1965, en la iglesia La Recoleta", contó la radiante novia.
Para que dure el matrimonio debe haber mucho amor, confianza, no tener celos; eso es”, recomendó doña Lucrecia como fórmula para mantener una relación perdurable. En la actualidad ellos son una de las parejas más felices del albergue.
Otra pareja llena de amor son doña Lidia Liza y don Porfirio Canicoba. Ellos son de Cajabamba, Cajamarca. Padres de siete hijos.
También resalta el amor de doña Dora Vallejos y don Enrique Alexander, cuyo amor nació en el albergue. “Tenemos 4 años de relación y nos conocimos en Canevaro. El primer beso fue en el ascensor de la residencia, él me sorprendió con un beso, y me pidió para que seamos enamorados y acepté”, recuerda sonriente doña Dora.
Con esta peculiar y conmovedora ceremonia que estuvo sazonada por una orquesta de boleros y otros ritmos que pusieron a bailar a los alegres contertulios del centro, baile al que siguió un almuerzo especial, el municipio de Lima mostró el grato ambiente en que se desenvuelven los residentes del Hogar Canevaro, además de recordar que para el amor no hay edad.