Iván Verde Domínguez se salvó gracias a las habilidades con las armas que adquirió tras su paso por el Ejército. Y es que el empresario fue atacado por dos sicarios, presuntamente venezolanos, que llegaron hasta su casa y empresa en San Juan de Lurigancho para matarlo.
Según contó el empresario, iba camino a su casa con su menor hija a bordo de su vehículo cuando se percató que una moto lo venía siguiendo por la zona de San Antonio, en Jicamarca, San Juan de Lurigancho. Al llegar a su vivienda, donde también funciona su empresa, le pidió a su hija que salga y entre rápido a la casa.
Un empleado de su empresa de fundición de metales lo recibió. Es en ese momento que el Iván Verde le pregunta por la moto. El trabajador constata que los dos sospechosos están a unos metros y se les acerca.
Los sicarios le apuntaron con el arma, lo apartaron y se aproximaron al empresario. Al bajar de su vehículo, uno de los atacantes lo encañona con su arma. En una rápida reacción, Iván Verde se cubre detrás de uno de sus camiones, saca su arma de fuego y hace correr a los sicarios.
"Yo disparo primero. El sicario se asusta y empieza a retroceder disparando. Entonces yo continué disparando para que se vaya", contó Iván Verde a América Noticias. Todo fue registrado por las cámaras de seguridad de San Juan de Lurigancho.
Según contó Iván Verde, el ataque no respondió a un robo o asalto. Y es que el empresario cree que los sicarios fueron enviados por sus competidores porque recientemente su empresa logró una jugosa licitación con una minera.
"Ya no estoy con la tranquilidad para salir a las calles. Tengo que estar a la expectativa, que quién me sigue, quién se acerca a mí", contó el empresario de San Juan de Lurigancho a América Noticias.
Asimismo, reveló que cuando fue a sentar la denuncia a la comisaría de la zona de San Juan de Lurigancho, los policías le indicaron que no podrían ayudarlo ya que tras el ataque, nadie resultó herido. Fue recién cuando recurrió a los medios de comunicación, que se mostraron interesados en su caso.