Con un pequeño maletín en mano, desde hace casi un mes, Josué Yacahuanca Huamán (21) sube a los cerros de San Juan de Lurigancho para cortar el cabello de los más necesitados a punta de navaja y tijera, en estos tiempos de cuarentena.
“Lo hago gratis. Siento que las personas de arriba necesitan más que las que están acá abajo”, cuenta el joven barbero.
“Camino, busco lugares en donde hacen ollas comunes y, mientras preparan su comida, yo me ofrezco a cortarles el pelo. A los abuelitos les hago algo más clásico, los jóvenes me piden un degradado o con diseños de rayas o tribales”, asegura Josué, dueño de ‘D Barrio Shop’.
Para evitar el contagio toma todas las medidas de bioseguridad y siempre está protegido con mascarilla.