Los lunares, esas pequeñas manchitas que aparecen en la piel, pueden ser congénitos o adquirirse con el tiempo debido a factores como la exposición solar. En el Perú, durante el verano, los niveles de radiación ultravioleta alcanzan índices extremos, lo que eleva significativamente el riesgo de desarrollar nuevos lunares y enfermedades como el cáncer de piel. Por ello, protegerse del sol es una medida esencial para cuidar nuestra salud.
“Muchas personas no están acostumbradas a realizarse un chequeo médico anual ni a realizarse un autoexamen de piel o notar cambios en sus lunares”, indican especialistas en piel de Oncosalud.
Para identificar un lunar peligroso podemos usar el método: ABCDE.
♦ASIMETRÍA. Mira atentamente si la mitad del lunar no corresponde con la otra mitad (no tienen la misma forma).
♦BORDES IRREGULARES. Revisa si los bordes del lunar no están bien definidos y no se aprecia con exactitud dónde empieza y dónde termina la lesión.
♦COLOR. Si el lunar presenta más de un color, como café, negro, verde, rojo y/o manchas blanquecinas, se debe estudiar con más rigor la lesión.
♦DIÁMETRO. Cuando un lunar mide más de seis milímetros de diámetro o ha crecido desde la revisión anterior, es un signo de alerta.
♦EVOLUCIÓN. Es importante observar si con el paso del tiempo el lunar cambia de tamaño, forma o color.
Datito
Si una persona tiene muchos lunares quizá sea más difícil identificar los cambios, en tal caso, es importante visitar periódicamente a un especialista.
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